El Gobierno de Argentina defendió este miércoles el operativo desplegado durante la caravana de la selección argentina hacia Buenos Aires de este martes, al considerar que se tomaron “las mejores decisiones para que no hubiera violencia institucional”.
En declaraciones a los medios de comunicación, el ministro argentino de Seguridad, Aníbal Fernández, reivindicó la decisión de sacar a los jugadores del autobús descapotable en el que estaban y transportarlos en helicóptero, en medio de una afluencia masiva de personas que frenó el avance de la expedición albiceleste.
“Nuestra vocación era el cuidado de los jugadores. Cuando llegó el momento, entendimos que no se podía avanzar y que era una locura seguir insistiendo sobre el mismo lugar; por eso tomamos la decisión de poner los helicópteros y que pudieran saludar a todo el pueblo”, apuntó Aníbal Fernández.
El autobús que trasladaba al combinado dirigido por Lionel Scaloni partió poco antes de las 15.30 horas hora española del martes desde el recinto deportivo de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, en la provincia de Buenos Aires, y tomó la avenida Riccheri rumbo a la ciudad de Buenos Aires.
Según el ministro de Seguridad, había dos formas de trasladar a los jugadores: tomar las avenidas que rodean la capital desde el oeste e ingresar al centro de la ciudad por el norte; o avanzar por la avenida Riccheri, seguir por la autopista 25 de mayo y saludar al público al llegar a la 9 de Julio, al sur de Buenos Aires.
“El desborde de gente hace que cualquiera de esos planes fracase”, aseveró Fernández, agregando que en todo momento se descartó el paso del autobús por el Obelisco, epicentro de los festejos mundialistas.
“Lo que decidí fue que bajáramos en la escuela de cadetes (Villa Lugano, suroeste de Buenos Aires) y que pudiésemos subir a los helicópteros. Los jugadores accedieron gustosos, imagino que estarían fundidos”, afirmó el ministro.
Durante las casi cinco horas que duró la travesía por tierra, el vehículo descapotable apenas recorrió 15 kilómetros de autopista, quedándose a medio camino del lugar en el que culminarían los festejos.
En Twitter, el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, cargó contra los organismos que escoltaban al autobús, asegurando que no les permitieron “saludar a la gente que estaba en el Obelisco”, al tiempo que agradeció la labor del titular de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni.
“Me importan un comino los tuits de Tapia”, aseveró el ministro nacional de Seguridad. “Me llamó enojadísimo porque decía que lo habíamos traicionado, que ellos querían seguir con ese tema, y cuando él estaba diciendo eso Messi, De Paul y Di María ya estaban en el helicóptero de la Policía Federal”.
Los jugadores tampoco se encontraron con el presidente argentino, Alberto Fernández, pese a la instalación de un escenario en la Casa Rosada, sede del Gobierno nacional, para recibir a la Albiceleste.
“Varios (jugadores) nos hicieron llegar que querían ir y algunos de ellos, cuando estábamos llevándolos a Ezeiza, decían que no descartaban volver en helicóptero a la Casa Rosada”, puntualizó el ministro.
Más de cuatro millones de aficionados se concentraron en distintos puntos del recorrido que, inicialmente, iba a transitar la ‘Scaloneta’ en su celebración del título logrado el pasado domingo en la final del Mundial de Qatar 2022 contra Francia, el tercero de la historia para Argentina después de los de 1978 y 1986.