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La veteranía siempre es un grado

Sevilla no fue esta vez garantía de éxito para una joven e inexperta selección española que no pudo con la veteranía de Suecia en su debut en la Eurocopa 2020. Oscar Wilde, el célebre escritor irlandés, decía que “la juventud es la única enfermedad que se cura con el tiempo”. Está claro que la Roja aún tiene ‘tiempo’ para enderezar el rumbo, tras el primer 0-0 de este torneo, y seguir soñando con llegar lejos. Los chicos de Lucho dominaron con claridad, pero pecaron de ansiedad de cara a puerta y volvieron a sufrir la falta de acierto, como sucedió en el reciente amistoso contra Portugal. Sin gol no hay redención.

Los 12.517 espectadores que acudieron a La Cartuja para ver ‘in situ’ el España-Suecia ocuparon menos del 30% del aforo debido a las restricciones por la Covid-19, aunque significó un nuevo paso hacia la normalidad. Los aficionados celebraron la fiesta del fútbol que representa una Eurocopa y llenaron de bullicio y alegría una ciudad que empieza a recuperar la vida tras la pandemia.

Fue una jornada de diversión, en la que la camiseta de Andrés Iniesta, héroe del Mundial de Sudáfrica 2010, fue la más repetida entre la afición española. No fue la única, también se vieron camisetas de Sergio Ramos (descartado por Luis Enrique para esta Euro), Villa, Xavi, Casillas o Fernando Torres, protagonistas de una etapa gloriosa de la Roja.

La marea roja busca nuevos ídolos en el rejuvenecido combinado de Lucho, que desató la polémica al no llamar a ningún futbolista del Real Madrid y que este lunes sacó un ‘once’ titular de 25,5 años de media, con representación de 4 de las 5 mejores ligas del continente: seis jugadores de LaLiga Santander (Unai Simón, Marcos Llorente, Pau Torres, Jordi Alba, Pedri y Koke), tres de la Premier (Laporte, Rodri y Ferran Torres), uno de la Bundesliga (Dani Olmo) y otro de la Serie A (Morata). El azulgrana Pedri se convirtió en el futbolista español más joven en debutar en un gran torneo, al hacerlo en La Cartuja a sus 18 años, 6 meses y 18 días.

La selección sueca, la más veterana de esta Eurocopa, con un equipo inicial de 30,2 años de media, se encomendó a seis treintañeros: el capitán Sebastian Larsson (36), Lustig (34), Berg (34), Danielson (32), Ekdal (31) y Olsen (31). El ‘baby’ fue el delantero de la Real Sociedad Alexander Isak (21).

La elevada media de edad del combinado sueco podría haber aumentado considerablemente de haber podido contar con el ‘abuelo’ Zlatan Ibrahimovic (39 años), su ‘eterna’ estrella, que se lesionó con el Milan en el tramo final del curso y al que no le ha quedado otra que ver la cita europea desde el sofá.

Ambiente festivo en Sevilla

El ambiente festivo volvió a Sevilla gracias a la Eurocopa y se recuperó el ‘olor’ futbolístico que tradicionalmente vive esta ciudad por sus calles, acostumbrada a recibir asiduamente a aficiones foráneas para partidos del Sevilla, Betis o de la propia selección, algo se había perdido desde hace más de un año por el azote de la Covid-19.

Sin poder celebrar su popular Feria de Abril dos años seguidos, los sevillanos parecen haber llenado, gracias a la Euro, el vacío que les dejó su fiesta por excelencia. El amarillo representativo de los nórdicos, muchos de ellos llegados de zonas próximas a Sevilla como la Costa del Sol o el Algarve portugués, en las que hay una importante colonia de ciudadanos suecos, y su contraste con el rojo del equipo patrio, dieron color a las calles sevillanas y a las gradas de La Cartuja.

No hubo ‘fan zones’ para evitar concentraciones de gente como medida de seguridad ante la Covid-19, pero ambas aficiones dieron todo un ejemplo de sana rivalidad (intercambiaron bufandas bajo 32 grados, brindaron y se fotografiaron). A los animosos seguidores se sumó en el palco el rey Felipe VI, que ayer recibió en Sevilla la Medalla de Honor de Andalucía. El monarca español confesó sentirse “un andaluz más”.

Manolo ‘el del Bombo’ tampoco podía faltar a la cita. Desde el viernes, el mítico animador de la Roja ya calentaba motores en la ciudad hispalense, dando fe del comienzo de la Eurocopa. Manolo cambió por momentos su inseparable bombo por una guitarra de un hincha sueco, cuya selección no vino de veraneo a Sevilla.


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