Los asesinatos en México han alcanzado cifras récord en los primeros tres meses de 2019. La violencia no cesa y se han registrado 8.493 homicidios, 9,6% más que en el mismo periodo de 2018, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los datos han sido publicados por la autoridades tras un fin de semana marcado por una masacre en la que murieron 13 personas asesinadas en una fiesta, lo que ha reflejado la profunda problemática de seguridad que desde hace más de una década aqueja al país norteamericano. El año con más asesinatos, desde que se creó el registro en 1997, fue 2018: 33.369 personas fallecieron en homicidios.
El récord de asesinatos coincide con los primeros meses de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ha achacado a la herencia recibida, la gestión de los anteriores presidentes, el hecho de que no haya disminuido la violencia. El primer presidente de izquierda en México ha asegurado este lunes que su estrategia de seguridad, con la creación de la Guardia Nacional, comenzará a reflejarse en los próximos seis meses. “Estamos estabilizando para que ya no continúe la tendencia al crecimiento en la violencia. Yo considero que nos va a llevar algún tiempo, pero va a empezar a bajar”, dijo en Veracruz a donde acudió a la celebración de los 500 años de la fundación del puerto.
La fotografía más cruda de la violencia en México ha ocurrido precisamente en el Estado mexicano de Veracruz. La noche del viernes un comando armado llegó a una fiesta en Minatitlán (sur de la región) y asesinó a sangre fría a 13 personas, entre ellas a un bebé de un año. El ataque ocurrió en una región petrolera que en los últimos años ha sufrido los embates del crimen que han desarrollado una cadena de violencia con el robo de combustible, la extorsión y el secuestro. Las primeras investigaciones apuntan a que la matanza fue el resultado de la extorsión por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación, según informa la prensa mexicana.
El presidente mexicano evitó hablar de la masacre en las siguientes horas tras el suceso, sin embargo, este lunes insistió en que la seguridad será reforzada en Veracruz y añadió que la violencia en la región es el resultado de la complicidad entre los grupos criminales y las autoridades durante años. López Obrador ha apostado su futuro a la creación de la polémica Guardia Nacional, un nuevo cuerpo de seguridad con una naturaleza visiblemente militar. Aunque durante su campaña acusó a los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto de impulsar estrategias de seguridad violentas de la mano de la Fuerzas Armadas, una vez que comenzó su Gobierno el líder de izquierda ha optado por un plan militar para la seguridad pública.
La apuesta de López Obrador se concentra en la defensa contra los grupos criminales con la nueva Guardia Nacional y en el fortalecimiento del tejido social a través de diversos programas sociales que entregan recursos —generalmente en efectivo— a diversos grupos vulnerables entre los mexicanos. “En la medida que se vayan consolidando los programas sociales, en esa medida va a empezar a cambiar mucho el ambiente y se van a ir aislando los grupos de delincuentes, se van a quedar sin base social”, ha explicado el presidente. En los primeros 100 días de su gobierno, los sondeos han mostrado que buena parte de los mexicanos —un 64%, según El Financiero—respaldan la estrategia de seguridad del presidente.
Los últimos datos sobre asesinatos han revelado que la región más violenta del país es el Estado de Guanajuato (occidente de México). Allí las disputas entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima han resultado en el homicidio de 947 personas en el primer trimestre de 2019, según los datos oficiales. La configuración de los carteles mexicanos va más allá del tráfico de drogas, que los popularizó en otra época, y se ha extendido a la diversificación de crímenes como la extorsión y el secuestro. En esa misma región, el Gobierno de López Obrador ha emprendido operativos para detener el robo de combustible, una de las fuentes de financiación de los grupos criminales.
El presidente mexicano ha presumido, también este lunes, del éxito de esa tarea que de 80.000 barriles al día robados, en noviembre, ha pasado a 2.000 en los últimos dos meses. Esa estrategia le ha valido a López Obrador algunas amenazas por parte de diversos grupos criminales. Un letrero, supuestamente firmado por el Cártel de Santa Rosa de Lima, apareció recientemente en Celaya (Guanajuato). “Soy un ser humano, y tengo miedo, como todos los seres humanos, pero no soy cobarde”, dijo el presidente mexicano al ser cuestionado sobre las amenazas.
Dos cárteles participaron en la masacre de Minatitlán
La Fiscalía de Veracruz ha informado que en la matanza de 13 personas en una fiesta en Minatitlán, el pasado viernes, existió participación del Cártel de los Zetas y del Cártel Jalisco Nueva Generación. “Puede tener vinculación a dos bares que están siendo investigados y que son propiedad de una de las personas que fue privada de la vida”, ha informado el fiscal Jorge Winckler.
La investigación apunta a que un grupo de entre 5 o 6 hombres encapuchados llegaron a las 21.00 horas del viernes a la fiesta. Los hombres pidieron a los invitados —unas 40 personas— que se tiraran al piso. Además, preguntaron por una transexual conocida como Beky, la propietaria de los bares que presuntamente vendían drogas de uno de los carteles a pesar de a presión del otro grupo criminal. Los atancantes dispararon a quemarropa contra Beky y las personas que trataron de defenderla. “Fue un ataque perfectamente dirigido y coordinado”, ha detallado Winckler.
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