El debut del Girona en Gran Canaria no cumplió ni mucho menos con las expectativas que existían alrededor de un equipo que se ha mentalizado durante este tiempo en intentar lograr el ascenso a Primera División.
El juego, plano, sin desequilibrios y sin ser profundos para buscar un recurso habitual, llegar a la cabeza de Stuani, fue verdaderamente flojo en todos los momentos del encuentro, en el que el Girona llegó tan solo un par de veces con opciones reales de poder marcar algún gol.
Sin embargo, en un sábado que acabó siendo mejor de lo que había empezado por la derrota del Zaragoza ante el Alcorcón, que han dejado a los de Martí a 7 puntos del ascenso directo, la nota claramente positiva fue la de la aparición de Valery Fernández después de once meses KO por una lesión de ligamento cruzado.
El de L’Escala fue suplente, pero entró en el terreno de juego cuando todavía quedaba media hora por disputarse. Su actuación no fue nada del otro mundo, pero en Girona se confía mucho en la evolución del canterano, que ya demostró la temporada pasada en Primera de lo que es capaz sobre el verde. Aunque su progresión debe ir poco a poco por culpa de la inactividad de estar un año lesionado, no es para nada descartable que Martí le de más pronto que tarde la opción de entrar en el once por sus características, entre las que destacan la velocidad y el desequilibrio, dos de los aspectos que más echa de menos este equipo.
Después del encuentro, el catalán reconoció que para él es un momento de “felicidad” el poder volver a competir después de tanto tiempo. “Me he visto a un buen nivel y estoy contento de haber superado todo esto con mucho trabajo. Ya estoy aquí y ahora solo miro hacia adelante”, sentenció.
Ibrahima, del filial, premiado
En Gran Canaria y con las bajas de Granell y Cristhian Rivera en la medular, Martí optó por Gumbau y Diamanka en la sala de máquinas, pero cuando se llegó al minuto 75 dio entrada a Ibrahima Kebe, jugador del filial, que hizo su debut en el fútbol profesional.
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