Lagarde urge a terminar “de inmediato” la tensión por la guerra arancelaria



A menos de una semana de que la batalla comercial de Donald Trump escale con la entrada en vigor de un arancel a las importaciones de bienes desde México, Christine Lagarde hace un llamamiento a que se reduzca de manera “inmediata” la tensión para que se retire uno de los grandes bloques que al crecimiento global. Es, insiste la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, un daño “autoinfligido que debe evitarse”. Calcula restará medio punto porcentual al crecimiento global.

“Hay que retirar las barreras comerciales recientemente aplicadas y evitar que se levanten nuevas bajo cualquier forma”, implora Lagarde, para después decir que el proteccionismo no solo tiene el riesgo potencial de dañar el crecimiento y el empleo en los países afectados. También provoca, agrega, un encarecimiento de los bienes de consumo y eso afecta de una manera “desproporcionada” a las rentas más bajas.
Lagarde hace este comentario antes de la reunión de los ministros de Finanzas y de los gobernadores centrales de los países del G20, que se celebra esta semana en Fukuoka. Esta ciudad japonesa floreció, dice, gracias a que en las últimas décadas “abrazó el comercio, la innovación y la “apertura”. “Ese espíritu se necesita ahora más que nunca”, reitera, “el objetivo debe ser ayudar no entorpecer el crecimiento global”.
La jefa del Fondo Monetario insiste en que el “momento es delicado”. El organismo recortó en abril la previsión de crecimiento mundial al 3,3% este año principalmente por los efectos de la tensión comercial. Confía en una pequeña aceleración a partir de la segunda mitad y que llegue al 3,6% en 2020, similar al crecimiento del pasado año. Pero es una expectativa porque la situación, insiste, es “precaria”.
Los datos económicos más recientes indican que el crecimiento global se estabiliza: la expansión está siendo más robusta de lo esperado tanto en Estados Unidos, como en la Zona Euro y en Japón, aunque la actividad económica, de acuerdo con la nota que se someterá al G20, fue algo decepcionante en América Latina y en otros países emergentes. Hasta ahí, todo más o menos en línea de lo previsto.
Pero como dice Lagarde, la preocupación crece por el impacto que puede tener la tensión comercial. El riesgo, explica, es que los aranceles que empezaron a aplicarse el pasado verano entre EE UU y China reduzca aún más la inversión, la productividad y el crecimiento por la pérdida de confianza tanto en los negocios como en los mercados. México se podría sumar en seis días. El FMI calcula que puede restar medio punto porcentual al crecimiento global en 2020, una cifra que el Banco Mundial elevó el martes a un punto porcentual.
Otras vulnerabilidades
El FMI también cita como factor de vulnerabilidad la deuda corporativa, que puede crear problemas si se produce un cambio en las condiciones financieras. El organismo se refiere además al efecto “corrosivo” de la creciente desigualdad social para el crecimiento. Las perspectivas económicas a medio plazo se ven así mismo afectadas por la baja productividad y el envejecimiento.
Lagarde dice que la coordinación entre los países del G20 no puede quedarse “en la frontera”. “Si todos los países actúan de manera decidida para estimular el crecimiento”, augura, “el efecto positivo reforzará los unos a los otros”. Así emplaza a los países a que combinen sus políticas para “maximizar” la respuesta a una eventual crisis y defiende una modernización del actual sistema comercial.
Reformas en la imposición fiscal
La directora gerente del FMI considera en este sentido que es necesario crear un consenso para “reforzar” las reglas que rigen la Organización Mundial de Comercio, especialmente en cuestiones relacionadas con los subsidios, la propiedad intelectual y los servicios. “El objetivo es crear un sistema más abierto, más estable y más transparente que sirva a las necesidades de la economía”, dice.
El FMI calcula, por ejemplo, que la liberalización del comercio en los servicios pude sumar 350.000 millones de dólares al crecimiento en el largo plazo. Eso, a su vez, permitirá elevar la calidad de vida y crear nuevos empleos mejor remunerados. Al mismo tiempo, vuelve a insistir en la necesidad de reformar el régimen de imposición fiscal a las empresas y en las reformas estructurales.


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