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Laia Sanz: "Este año ha vuelto a ser un Dakar de verdad, un Dakar duro"

Laia Sanz: "No sé si es el Dakar más duro, pero el más frustrante, seguro"

Laia Sanz (Corbera de Llobregat, 1985) ha tentado con éxito a la cifra que se asocia mala suerte, logrando finalizar y no sin problemas su participación número 13 en el rally Dakar. De esta manera mantiene una racha inmaculada que le ha llevado a cruzar siempre la meta final, primero en motos y ahora en coches. 

Trece ediciones finalizadas del Dakar en trece intentos. ¿Qué le dice eso?

Es algo de lo que me siento orgullosa. Todos sabemos lo difícil que es acabar un Dakar y lo fácil que es tener algún problema. Estoy orgullosa. En moto hice buenas posiciones. Ahora estoy empezando una nueva etapa en coches, este ha costado un poco más de lo normal pero lo hemos acabado y estoy muy contenta.

Esta ha sido una de las ediciones en la que más en peligro ha estado ese registro. Cuando cruzó la meta el último día… ¿Lo hizo con más sensación de frustración por no haber alcanzado su máximo nivel o de alivio porque todo había acabado con final feliz?

Por un lado estoy muy contenta de haber terminado porque trece de trece es algo muy complicado que muy poca gente ha conseguido. Pero, por el otro, el objetivo al principio era acabar en el top-15. Creo que hubiese podido ser incluso mejor. No hemos podido y el sabor es agridulce. Me quedo con lo positivo que es habernos sabido sobreponer a las dificultades, acabar todos los días y mantener un buen ritmo cuando todo iba bien.

¿Cuáles son las claves para resultar siempre tan fiable?

Seguro algo de suerte hay, porque cuando han pasado cosas no han sido lo suficientemente graves como para tener que terminar. Y luego está conocerse a uno mismo. Conocer la carrera, saberla entender, es algo que siempre se me ha dado bien y gracias a la unión de todas esas cosas hemos conseguido acabar siempre.

¿Es ahora mismo Al-Attiyah el rival a batir?

Es un crack pero se junta su coche está más probado que el resto y eso le permite hacer una carrera más cómoda que la de otros equipos. Aparte se pasa el año corriendo y ha nacido allí prácticamente, por lo que tiene una visión del terreno y una lectura de las dunas que le da un punto a favor muy bueno.

Laia Sanz y su copiloto Maurizio Gerini.

Twitter Laia Sanz

Su llegada a buen puerto ha sido una de las pocas noticias positivas para los pilotos españoles en esta edición. ¿Cómo se explica que las cosas hayan ido tan mal? ¿Hay algo que haya cambiado con respecto a otros años y que haya sido decisivo?

Este año ha vuelto a ser un Dakar de verdad, un Dakar duro y difícil de acabar. Era algo que echábamos de menos en las últimas ediciones. Pero se ha juntado un poco de mala suerte. Carlos Sainz tuvo un accidente, yo también. Poca gente no ha tenido problemas en esta edición, ha sido más dura y llevabas todo al límite. Obviamente eso pasa factura.

¿Prefiere el rally así?

A mí me ha gustado mucho este Dakar. Así como el año pasado lo critiqué en ciertos momentos, este toca felicitar a la organización. Fue duro, más largo, más variado porque tuvimos tanto piedra como arena. Me gusta más un Dakar que sea duro, en el que pasen cosas y que sea difícil de acabar, que no sea todo ir a fondo.

Los dos o tres últimos años no tenía el mismo mérito acabar, porque además te podías reenganchar con una penalización alta. Este ha vuelto a ser justo porque tenías que pasar a tiempo la puerta cerrada. Hemos acabado otra edición y para mí está muy bien. Después del vuelco era el objetivo, no quería romper esta racha.

¿Le gusta ya más el coche que la moto?

Son épocas distintas. Me costaría escoger una cosa. La moto me ha dado unas satisfacciones brutales, unos resultados increíbles. Pero ahora mismo solo pienso en cuatro ruedas. La moto ya queda atrás, fue una etapa muy bonita. Ahora me hacen muchísima ilusión las cuatro ruedas.

Laia Sanz. 

EFE

¿No tiene entonces el ‘gusanillo’ de la moto?

R: Lo tengo algún día de etapas de arena, que me gustaban y se me daban más o menos bien. Pero ya he hecho muchos años de pasar frío, de salir muy pronto por las mañanas, de jugarme la vida tanto. Ya lo hice suficientes veces y ahora hay que ir a por la siguiente etapa.

¿Cree que ha bajado un poco el nivel en motos?

Ha subido muchísimo, en los últimos cinco años una brutalidad. Es una generación nueva en la que todos corren y lo hacen diferente porque se va al límite cada día. Antes se corría ciertos días, había más estrategia y había dos pilotos para poder ganar. Ahora son diez. Es una pasada, el nivel es una locura.

También ha sido una buena noticia el papel de Cristina Gutiérrez. ¿Siente que las mujeres son cada vez más visibles en el rally y que están allanando el camino para las que vienen por detrás?

Seguro. Cuando yo empecé había años en los que éramos tres y creo que este año éramos casi 50. Además hay mujeres sauditas participando y haciéndolo mejor cada vez. Son necesarias figuras así para abrir camino y para que vengan más detrás. 




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