De estrella del fútbol americano a ser acusado de asesinato, Netflix presentó el miércoles “Killer Inside: The Mind of Aaron Hernández”, una serie documental que escruta cada centímetro del auge y caída de este malogrado deportista de origen latino.
Con casi 200 minutos de duración divididos en tres capítulos, “Killer Inside”, dirigida por Geno McDermott, se adentra en un caso que conmocionó a Estados Unidos y trata de explicar qué pudo sucederle a este atleta que acabó suicidándose en la cárcel en 2017 con solo 27 años y cuando ya había sido condenado por asesinato.
“¿Cómo pudo una persona que lo tiene todo en el mundo, que tiene una carrera y una habilidad increíbles, y ninguna preocupación financiera, cómo pudo involucrarse en algo así?”, resume en el documental Patrick Haggan, uno de los fiscales involucrados en los casos contra Hernández.
El documental repasa su vida, desde sus orígenes en una familia de ascendencia puertorriqueña hasta su llegada a los New England Patriots de la NFL, pero quizá lo más interesante sean las llamadas telefónicas de Hernández con familiares y amigos que articulan toda la serie.
“Hice todo lo que pude para tener una buena vida, pero no funcionó. ¿Qué más podría haber hecho? Lo di todo para tener la vida de mis sueños, pero no funcionó”, asegura en una de esas llamadas.
La causa, el porqué, los motivos. Todo lo que gira en torno a Hernández acaba llegando a ese callejón sin salida y “Killer Inside”, lejos de ofrecer una respuesta concluyente, aporta numerosas pistas de lo que pudo pasar por la cabeza del jugador.
En primer lugar, retrata a su familia en Connecticut (ninguno de sus miembros participa en el documental) y explica cómo Hernández destacó desde joven como gran talento del fútbol americano.
Ahí se cruza la sombra de su padre, un hombre muy estricto, agresivo y con problemas de alcoholismo y que murió cuando Hernández era apenas un adolescente.
“A Aaron le costaba estar solo. Nunca estuvo más solo que cuando murió su padre. Pasó por muchas cosas que lo hicieron sentir muy solo”, apunta su amigo Stephen Ziogas.
Otro aspecto que resalta “Killer Inside” es su condición de homosexual, que trató de ocultar especialmente dentro del machista ambiente del deporte profesional.
Esos primeros traumas van sentando las bases de un carácter errático y, posteriormente, muy conflictivo, pese a que, de cara al exterior, Hernández pareciera un tipo sonriente y bastante normal.
Además, en el terreno de juego era un titán y logró llegar a la Universidad de Florida, que tiene uno de los programas de fútbol americano más prestigiosos.
En este punto, “Killer Inside” critica frontalmente el lado oscuro del deporte universitario: la enorme presión que viven los jóvenes, el descomunal negocio que les rodea, los medicamentos que toman para poder seguir compitiendo, los golpes y lesiones que les pueden marcar de por vida, y cómo los equipos se desentienden de problemas legales de sus atletas si siguen triunfando en el césped.
Con los Florida Gators, Hernández despuntó en el deporte universitario pero ahí también comenzaron a crecer de forma alarmante las peleas o sus problemas con las drogas.
Pese a ello, el latino acabaría siendo elegido por los New England Patriots de Bill Belichick y Tom Brady, no solo uno de los mejores equipos de la historia de la NFL sino, posiblemente, una de las formaciones más legendarias de todos los tiempos en el deporte estadounidense.
Hernández alcanzó la cúspide al jugar en 2011 el “Super Bowl” con su equipo. A partir de ahí, su vida se despeñó.
En 2013 fue detenido y acusado de haber asesinado a disparos ese mismo año a Odin Lloyd.
Al margen de ser amigos, a Hernández y Lloyd les unía que sus respectivas parejas eran hermanas.
La investigación, que de por sí supuso un enorme escándalo y recordó al caso de O.J. Simpson, dio un giro más turbio cuando uno de los autos inscritos como prueba conectó a Hernández con otro caso sin resolver por el doble asesinato también a tiros de Daniel de Abreu y Safiro Furtado en 2012.
El deportista sería condenado por el primer caso y exonerado por el segundo, pero por el camino salieron a la luz sus numerosos arrebatos de violencia, las armas de fuego que poseía o sus relaciones con tipos de lo más peligroso.
La salud mental, un asunto cada vez más preocupante entre los famosos, es asimismo un tema que aborda este documental que asegura que Hernández sufrió lesiones cerebrales como jugador de fútbol americano.
“Killer Inside” concluye con el suicidio de Hernández, aunque el caso sigue despertando muchísimo interés: el miércoles, coincidiendo con el estreno de la serie, Aaron Hernández fue tendencia en Twitter en Estados Unidos.