Las 3 claves del FBI para ser una persona emocionalmente sensible

¿Te gustaría ser una persona emocionalmente sensible, capaz de entender y manejar tus propias emociones y las de los demás? Si la respuesta es sí, te interesará saber que el FBI, la famosa agencia de investigación estadounidense, tiene algunas claves que pueden ayudarte a conseguirlo. A continuación, te contamos las 3 claves definitivas que da el FBI para ser una persona emocionalmente sensible.

Las 3 claves que da el FBI para ser emocionalmente sensible

La inteligencia emocional es una habilidad muy valorada en el ámbito personal y profesional, ya que nos permite comprender y gestionar nuestras propias emociones y las de los demás. Pero, ¿cómo podemos desarrollarla? Un ex agente del FBI nos da tres consejos basados en su experiencia en el campo de la negociación y la persuasión.

Tres claves fundamentales del arte de la comunicación, que las personas emocionalmente inteligentes emplean al interactuar con otros, especialmente en conversaciones delicadas. Este ex agente utilizó estas técnicas de escucha estratégica en una situación extrema en 1993, durante una negociación con dos hombres que habían tomado como rehenes a tres empleados en un banco de Brooklyn, Nueva York. Descubramos esas tres pautas que siguieron y que ahora revela en forma de consejo para que los utilicemos en nuestra propia vida para ser emocionalmente sensibles:

Hablar dulcemente

Una de las técnicas, conocida como «The Late Night FM DJ voice» o la voz del presentador de radio nocturno, consiste en hablar con dulzura y adoptar un tono de voz enunciativo y relajante. Este enfoque provoca una reacción neuroquímica que calma el cerebro del interlocutor, generando una respuesta involuntaria de lucidez en ambas partes. Además, esta forma de hablar también contribuye al control emocional del propio comunicador, ya que hablar en voz alta con una voz suave y tranquila puede ayudar a tranquilizarse a sí mismo.

Recurre a la escucha activa

Otra clave importante es la escucha activa, que tiene sus raíces en los trabajos del psicólogo estadounidense Carl Rogers y su enfoque terapéutico. La escucha activa implica concentrarse exclusivamente en lo que la otra persona está diciendo, sin planificar respuestas de antemano. Al parafrasear lo que se ha escuchado y utilizar preguntas para reafirmar la comprensión, se logra que la otra persona se sienta escuchada y comprendida. Esta técnica es especialmente útil para recopilar información y establecer una conexión más profunda con el interlocutor.

Valida las emociones de la otra persona

La tercera clave es la habilidad para etiquetar las emociones de la otra persona. Esto implica identificar y verbalizar las emociones que el interlocutor está experimentando. Por ejemplo, si la persona expresa sentirse estresada, se puede responder con algo como «Parece que estás en una situación estresante». Esta etiqueta emocional permite que la otra persona sienta que se le comprende y se reduce su actitud defensiva.

Estas tres claves son fundamentales para ser una persona emocionalmente sensible, capaz de conectar con los demás y de resolver conflictos de forma constructiva. Si las practicamos a diario, podremos mejorar nuestras relaciones personales y profesionales, y aumentar nuestro bienestar.


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