El conjunto blanco ha estado varias veces en una situación límite y ha protagonizado más de una remontada histórica para conseguir alzarse con el título en Kaunas
Cuando se habla de los logros del Real Madrid, tanto de fútbol como de baloncesto, además de los méritos puramente deportivos (que nadie discute), habitualmente suelen aparecer en la conversación conceptos tales como ‘gesta’, ‘milagro’, ‘increíble’ o ‘histórico’.
Y es que el club blanco parece abonado a la épica cuando se trata de explicar sus conquistas. Un relato que, en muchas ocasiones, escapa totalmente a la lógica y se sitúa en un escenario mucho más emocional.
Sólo así se puede explicar la trayectoria del Real Madrid de baloncesto en la presente Euroliga y las adversidades que ha tenido que superar para acabar alzándose con el 11º título de campeón de Europa de la historia de la entidad.
80-95: Derrota en casa y 0-2 ante el Partizan
Nadie lo había remontado anteriormente
Todo el mundo sabía que, a pesar de que el Real Madrid contaba con ventaja de campo en su eliminatoria de cuartos, el Partizan sería un rival muy complicado. Lo que pocos esperaban es que tras los dos primeros partidos de la serie, ambos disputados en feudo madridista, se saldaran con sendos triunfos visitantes, logrados de tal manera que habián minado directamente la moral de los de Chus Mateo: derrota 87-89 en el primer partido, con triple final de Kevin Punter; y repaso con todas la letras en el segundo (80-95). Además, la historia jugaba en contra de los blancos: nadie, en la historia de la Euroliga, había superado un 0-2 en contra.
Tángana y sanción a Yabusele
El francés, fuera lo que quedaba de Euroliga
Al finalizar el segundo encuentro en el WiZink Center de Madrid se produjo la jugada que, seguramente, cambió la historia de la presente Euroliga. A falta de 1:40 para finalizar el encuentro, y con el partido totalmente sentenciado a favor de los serbios (80-95), Sergio Llull realiza una contundente falta sobre Kevin Punter. El del Partizan se revuelve y le amenaza con el puño y, a partir de ahí, se lió: casi todos los jugadores de ambos equipos implicados en una batalla campal, con Yabusele realizando una aparatosa llave de judo a Exum. Al final, las sanciones fueron algo ridículas, siendo el ala-pívot francés del Real Madrid el jugador más ‘castigado’, con solo 5 partidos de sanción. Aún así, eso significaba que los blancos se quedaban sin una pieza clave todo lo que quedaba de Euroliga, Final Four incluida.
Lesiones de Deck y Poirier
Ninguno de los dos pudo llegar a Kaunas
Aunque, cronológicamente, la lesión de Gabriel Deck fue la última (ocurrió en el tramo final del 4º partido ante Partizan), la gravedad de la misma (rotura del ligamento colateral interno de la rodilla derecha) y la importancia del jugador (titular habitual en los esquemas de Chus Mateo), perder al argentino para la cita más decisiva de la temporada fue un auténtico jarro de agua fría para el conjunto blanco. Poirier, por su parte, estuvo alejado de las pistas durante varias semanas por culpa de una apendicitis, forzó para volver y disputar el segundo partido ante Partizan… y volvió a lesionarse en el gemelo, perdiéndose también la Final Four de Kaunas.
-16 al descanso en el 5º partido ante Partizan
Nadie había remontado tanta diferencia
Después de irse a tierras serbias con un 0-2 en contra y conseguir la machada de igualar la serie (2-2) en Belgrado, las cosas no pintaban nada bien para el Real Madrid mediado el quinto encuentro: perdían de 16 (39-55) al descanso (llegaron a ser 18 al principio del tercer cuarto), una diferencia que nadie había remontado en un 5º partido en la Euroliga. Nadie… hasta que llegó el Madrid. De la mano de un gran ‘Chacho’ Rodríguez (19 puntos y 6 asistencias), los de Chus Mateo acabaron clasificándose para la Final Four de Kaunas tras imponerse por 98-94.
Dominio del Barça al descanso en las ‘semis’
Con ventajas cercanas a los 10 puntos
Quizás, por lo habitual de la misma, la remontada menos sorprendente de todas las protagonizadas por los blancos en la presente Euroliga. Tras un arranque muy igualado, en el segundo cuarto los de Jasikevicius cogieron una interesante ventaja en el marcador (+9 a falta de 21″ para el descanso). Pero entonces, apareció, quién si no, Sergio Llull, que anotó una de sus clásicas ‘mandarinas’ desde 8-9 metros a falta de 3″ para dejar un 42-36 al descanso. La segunda mitad, a pesar de un último arreón del Barça, fue un monólogo del Madrid (24-42 en la segunda parte) que se clasificó para la final de la Euroliga tras imponerse en el Clásico por 78-66.
Gran arranque de Olympiacos en la final
Los griegos llegaron a tener un +12
En una historia de continuas remontadas en la presente Euroliga, el Real Madrid también se guardó un par de capítulos para la gran final ante Olympiacos. El primero de ellos, en el primer cuarto del partido: a falta de 1:49′, los griegos dominaban por un claro 24-12. Cualquier otro equipo hubiera bajado los brazos, pero el Madrid, no. Parcial de 0-5 para acabar el cuarto (24-17), y remontada completada (29-31) a los 4′ del segundo cuarto. Primer ‘match ball’ salvado.
Una ‘mandarina’ de Llull que vale una Euroliga
El Madrid perdía de 4 a falta de 46″
Y lo mejor, como casi siempre, para el final. En un partido igualado a partir del descanso, en los instantes finales del encuentro volvió a aparecer la ‘épica’ del Real Madrid. Olympiacos dominaba por 4 puntos a falta de menos de un minuto para el final… y tenía posesión del balón. En cualquier otra situación y ante cualquier otro rival, los griegos hubieran tenido más de la mitad de la final en el bolsillo. Pero no ante el Madrid: triple del ‘Chacho’ a falta de 46″… y el ya histórico tiro de Llull ante Fall a falta de 3 segundos para el final (79-78). Un tiro que valía, ni más ni menos, un título de la Euroliga. Un tiro para la historia. La 7ª vida de un Real Madrid ‘inmortal’ en la presente edición de la máxima competición continental.
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