Las acusaciones del exjefe de Pemex alcanzan a tres presidentes de México

El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez junto a López Obrador en la conferencia de prensa de este miércoles
El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez junto a López Obrador en la conferencia de prensa de este miércoles

El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, señalado por el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, de haber recibido sobornos millonarios de la constructora Odebrecht para aprobar la reforma energética, ha pasado este miércoles a la ofensiva.

Frente al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de gira por varios Estados del Bajío, Dominguez ha insistido en denigrar la figura de Emilio Lozoya como delator. “No se puede creer en la palabra de un delincuente confeso y hoy doy la cara aquí y ante la autoridad”, ha dicho. “Sus declaraciones valen lo que su prestigio: nada”, ha señalado el gobernador sobre el que era uno de los hombres más cercanos al expresidente Enrique Peña Nieto (2012-1018) y cuya confesión agita la vida política del país y sacude la cúpula de todos los partidos.

“El señor Lozoya ha pretendido involucrarme con una bajeza inaudita en actos de corrupción. Por mi parte no tengo nada que temer, nada de que avergonzarme y nada que ocultar. No había necesidad de darme dinero para obtener un voto que ya se tenía por convicción personal (…) los dichos de Lozoya son una infamia “, ha insistido a dos metros de López Obrador el gobernador, miembro del opositor Partido Acción Nacional (PAN).

Según Domínguez, las acusaciones contra él por haber recibido millonarios pagos durante su etapa en la que fue senador del PAN son ataques políticos por su buen desempeño al frente de Querétaro. “No se puede creer a un delincuente confeso y detrás de esto hay una intención política. Atacan a un gobernador de oposición bien calificado (…) nos atacan por tener deuda cero y crear empleo y mienten porque no hay una sola observación de la secretaría de la Función Pública”, ha insistido.

El gobernador Francisco Domínguez ha estado en el centro del debate desde que el domingo se conoció un vídeo filtrado anónimamente en el que se ve a su secretario particular recibiendo varias maletas de dinero de un supuesto funcionario de la empresa pública Petróleos Mexicanos (Pemex) en lo que parece ser una oficina del Senado. Pocas horas después de conocerse el vídeo, Dominguez cesó al funcionario y dijo que desconocía sus manejos, grabados supuestamente hace casi siete años cuando se preparaba la votación de una polémica reforma energética que suponía la entrada de capital privada en la explotación de yacimientos.

Sin embargo, su fulminante cese fue interpretado como una aceptación tácita de que las imágenes difundidas eran reales, lo que dio argumentos a López Obrador para criticar con dureza la corrupción rampante en el país hasta su llegada.

Pero a pesar de la enérgica defensa del gobernador, el hoyo en el que está sumido el mandatario queretano se ha hecho aún más profundo este miércoles tras conocerse una nueva filtración de la prensa con detalles de un segundo pago. Se trataría de una nueva entrega de 84 millones de pesos (casi cuatro millones de dólares) efectuada entre abril y julio de 2014, un dinero que vendría de Luis Meneses Weyll, el responsable de Odebrecht en México.

Según la denuncia de Lozoya publicada por el periodista Ciro Gómez Leyva, el exdirector de Pemex entregó en total 164 millones de pesos (casi 7,5 millones de dólares) en dos pagos de 80 millones de pesos y 84 millones de pesos, cada uno a distintos legisladores del PAN entre los que estarían el propio Domínguez, Ernesto Cordero y el excandidato presidencial Ricardo Anaya.

Los pagos revelados incluyen también a otros altos cargos del resto de partidos como Luis Vega Aguilar, encargado de finanzas del PRI (Partido Revolucionario Institucional) quien recibió 32 millones (más de 1,4 millones de dólares), o el gobernador de Puebla, Miguel Ángel Barbosa, destacado miembro de Morena, el partido de López Obrador, y quien también ha rechazado con contundencia las presuntas acusaciones de Lozoya que la prensa va conociendo con cuentagotas gracias a las estratégicas filtraciones.


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