La competición es clave para las marcas. Primero, porque las carreras son el mejor banco de pruebas para las tecnologías que luego las firmas llevarán a sus coches de calle. Y segundo, porque es un escaparate ante el mundo. Por ello, es inevitable que las carreras de coches sigan la misma dirección que el mercado. El Parlamento Europeo aprobó la prohibición a partir de 2035 de la venta de turismos y vehículos comerciales de motor de gasolina, diésel e híbridos convencionales. Por ello, no es de extrañar que la competición esté adoptando dos caminos complementarios: En cuanto a lo eléctrico, en los últimos años han surgido campeonatos como la Fórmula E, el Extreme E (raids) y el Mundial de Turismos eléctricos (ETCR). Y a su vez, hay certámenes como la F1 que quieren crear carreras de cero emisiones mediante el uso combustibles sostenibles de laboratorio. El futuro ya está aquí y la implicación de fabricantes y certámenes va a la par. Uno de los ejemplos lo encontramos en el FIA ETCR, campeonato que MD pudo visitar junto a Cupra, su actual bicampeón, hace varias semanas en Sachsenring (Alemania).
Coches de casi 700 caballos, de 0 a 100 en 3.2″
Las prestaciones de sus coches son espectaculares. Se trata de vehículos 100% eléctricos que rozan los 700 caballos de potencia y alcanzan los 100 km/h en 3.2 segundos. Auténticos cohetes del asfalto que batallan cuerpo a cuerpo en carreras cortas, sin gestión, solo acelerando a tope. Es inevitable hacerse la pregunta del millón: ¿Cómo es posible que estas carreras sean limpias a tanta potencia? La respuesta está a la vista de todos.
La ‘Energy Station’
Después de cada batalla, cada coche (compartido por dos pilotos) se dirige hacia el corazón del paddock, donde se encuentra la llamada ‘Energy Station’ (estación de energía). Allí, todos los espectadores pueden ver cómo cargan los coches mediante un sistema que Xavier Gavory, director del ETCR, explicó a MD y aun grupo reducido de prensa española. “Está ubicado en un lugar visible para todo el público para que todos puedan ver los coches cargando, comprobar que es una tecnología sencilla y que si es posible para coches de carrera, es completamente posible para cada uno en nuestras casas”.
“Es una tecnología sencilla y los espectadores pueden ver que si es posible para coches de carrera, es completamente posible para cada uno en nuestras casas”
El sistema es el siguiente: Nada de generadores diésel para crear electricidad, ya que eso no tendría sentido. Justo al lado de la estación de energía se ubica un camión de 300 kg de hidrógeno verde (combustible limpio), que en cada carrera es de un suministrador diferente para reducir la huella de carbono de su transporte. En un fin de semana de carreras se gastan unos 220 kg. El gas pasa por unos cables que se ubican encima de la impactante estructura de la ‘Energy Station’ para llegar a cada punto de carga, uno por cada equipo, capaz de cargar dos coches a la vez en menos de una hora.
Ese gas llega a un generador, una pila de combustible que transforma el nitrógeno en electricidad. En este proceso también se usa un poco de agua destilada, que los equipos reaprovechan para otros trabajos al final de cada evento. La electricidad llega a una máquina encargada de cargar los dos coches de cada equipo. En ella, cada conjunto tiene un panel de datos. “Cargador y coche hablan en todo momento ya que la máquina va recalculando la energía que debe entregar en función de la temperatura y estado de cada coche”, apunta Xavi Serra, director de Cupra Racing, quien deja muy claro que estos vehículos se pueden cargar perfectamente con un cargador de coche de calle.
Lo más sorprendente llega después. “Hemos usado una sola batería por coche en todo el año. En verano las bajamos para llevarlas a Williams para chequeos y balanceos. Nos las devolvieron y seguimos con las mismas. La vida de sus celdas es de una temporada, seguro, y es posible que más de una”, añade.
“Hemos usado una sola batería por coche en todo el año”
¿Y el transporte?
Por lo tanto, la única huella de carbono del campeonato está en el transporte. Discovery, empresa promotora del FIA ETCR, también está trabajando en ese sentido. Su intención es que todos los viajes por Europa de 2023 se hagan en tren. También quiere reducir el personal de los equipos para que ello influya en menos aviones, y pedirá a cada equipo un análisis de toda la huella de carbono generada por logística con el objetivo de reducir el número global del certamen en 2023.
“Los constructores tienen en el ETCR una plataforma para poder promocionar sus vehículos a través de las carreras eléctricas y nosotros podemos promocionar la movilidad eléctrica. Es una responsabilidad social de Discovery. Queremos ser la casa de los coches eléctricos porque estamos en el accionariado principal de la Fórmula E, somos difusores de la Extreme E, promotores del ETCR y seremos promotores de la Electric GT (competición eléctrica de GT’s). Es parte de la filosofía de Discovery, la de contar historias para cambiar la mentalidad de la gente y hacer pedagogía”, remarcó Xavier Gavory, destacando la llegada de “sorpresas” para 2023 con nuevas marcas involucradas en el FIA ETCR, donde por ahora están Cupra, Hyundai y la firma privada Romeo Ferraris
“¿habrá nuevas marcas? En 2023 habrá sorpresas”