Las cinco señas de identidad del nuevo Athletic

Ecuador de la pretemporada superado. El Athletic ha dejado atrás tres semanas y quedan otras tres. Una vez finalizada la primera etapa, realizada entre Lezama y Suiza y con tres amistosos en el expediente, se pueden extraer las primeras conclusiones de cómo será el Athletic 21-22 y cómo carburará más allá de nombres concretos porque Marcelino quiere funcionar como una unidad.

270 minutos que, unidos al bagaje previo, permiten atisbar varias señas de identidad en el bloque que pretende el técnico. Aunque queda camino por recorrer porque en esta fase inicial también ha primado el ir sumando carga en las piernas. Sin ir más lejos, Marcelino ha ido cambiando los once en cada tiempo de cada encuentro y, además, ha tenido varias bajas. Ahora comienza la segunda mitad del verano y la exigencia aumenta. El punto de mira está en el 16 de agosto.

El orden es la prioridad absoluta

Orden, orden y orden. Es la piedra angular de lo que ha mostrado el Athletic hasta la fecha. La base que otorgue la regularidad tan anhelada por Marcelino la campaña pasada. El técnico se subió al tren en marcha en enero y focalizó sus esfuerzos en los partidos más que en los entrenamientos por exigencias del guion. Ahora tiene tiempo para meter el bisturí y moldear a un equipo a su semejanza.

El esquema no varía: 4-4-2. Luego la movilidad de los futbolistas es la que abre el juego. Se ha visto a un cuadro bilbaíno con las líneas juntas, especialmente la zaga y el centro del campo, cuando toca defender y funcionando como un bloque cada vez que avanza o retrocede. Con movimientos acompasados que evitan que se generen espacios por dentro. Si hay que parar al rival con alguna falta para que no te cojan por sorpresa o en inferioridad, se hace y vuelta a empezar.

Ser compactos siempre ha sido un sello de Marcelino en los banquillos que ha ocupado. Conjuntos que tenían muy claro su cometido. El margen de mejora, como se encargó de transmitir, radica en mejorar de cara a gol… y mantener las prestaciones defensivas evitando los fallos de concentración que tanto penalizaron en la 20-21.

Este orden se ha traducido en un Athletic que dejó su puerta a cero ante Dinamo Kiev y Borussia Dortmund. Solo recibió goles, dos, frente al St. Gallen. Ambos en saques de esquina, con lo que los leones no han recibido tanto alguno en jugada en 270 minutos de verano. Y tampoco es que hayan concedido un gran volumen de ocasiones a sus rivales. Los ucranianos tuvieron bastante posesión en algunos tramos, pero no inquietaron a los de Marcelino. Se mantuvieron firmes. Contra los alemanes fue distinto. El Athletic gozó de más balón y, del mismo modo, evitó que el Dortmund corriera a su antojo.

Velocidad y pocos toques hasta el área

Salir al contragolpe es algo más complejo que lanzar un balón largo y que los atacantes corran. Por rápidos que sean, se necesita generar situaciones ventajosas para facilitarles la labor. Requiere de unos automatismos sobre los que Marcelino se encuentra trabajando para que los conceptos queden interiorizados y acaben por salir prácticamente por inercia cuando los puntos estén en juego.

El gol frente al Dinamo Kiev puede ser el ejemplo perfecto. Robo en defensa y pocos toques hasta presentarse ante el portero. Nico Serrano realizó una pequeña conducción para dar tiempo a sus compañeros a avanzar, Lekue jugó a un toque para Unai López y el centrocampista, más de lo mismo buscando a Williams, que mandó el cuero a guardar. El Athletic también firmó su única diana ante el St. Gallen por la vía rápida, aunque acabara en autogol tras el centro de Nico Williams.

Williams intenta desbordar a Brandt ante el Dortmund. FOTO: Athletic
Williams intenta desbordar a Brandt ante el Dortmund. FOTO: Athletic

La escuadra rojiblanca posee mimbres suficientes como para ser temida a la contra, pero la sensación de los últimos tiempos es que no ha sabido explotar adecuadamente su armamento. Iñaki Williams, la irrupción de su hermano Nico, Berenguer, Capa, Yuri cuando se recupere… Iñaki, pese a la muesca frente al Dinamo, ha estado impreciso con el esférico en líneas generales. Atrae mucha atención del rival y genera más allá de los goles, sin embargo el equipo necesita que suba sus prestaciones. Seis tantos en cada una de las dos últimas ligas es un bagaje escaso.

Este Athletic en pruebas ha demostrado una querencia por los toques rápidos cuando la pelota transita por el centro del campo. Uno de sus pecados recientes es el de la lentitud en terreno rival, lo que permite reordenarse al oponente. El Athletic no necesita pasar mucho tiempo en campo contrario para generar peligro. Al revés.

Las dosis de presión no pueden faltar

Por mucho que el orden prime en materia defensiva, también es requisito indispensable a la hora de lanzarse a la presión arriba. En caso contrario aparecen los agujeros como en el queso gruyere. Morder alto va en el ADN del Athletic, no iba tanto en el de Marcelino y están llegando a un punto de encuentro.

El colmillo de los leones se afila cuando la pelota pasa por el portero rival o cuando orientan el juego hacia una de las bandas para iniciar. Entonces se produce un toque de corneta rojiblanco y avanza metros. Ahí se ve fuerte y quiere castigar a su oponente mediante el robo y cargar posteriormente el área. ¿A qué altura establecerá la presión? Cada compromiso será una historia.

La frescura en las piernas tendrá mucho que decir, puesto que permitirá un mayor recorrido. Sin pasar por alto que los integrantes de la primera línea de presión, los hombres de ataque, establecerán matices. No es lo mismo tener a Williams que a Villalibre o a Sancet que a Raúl García. Ese punto de intensidad también conlleva un riesgo, ya que la retaguardia adelanta líneas y se generan espacios. Por ello es clave funcionar como una unidad.

Cambio de ciclo en el centro del campo

La sala de máquinas es la zona que más quebraderos de cabeza le dio a Marcelino la pasada temporada, igual que a los anteriores técnicos de San Mamés. El asturiano movió las fichas sin terminar de decantarse por ninguna y ahora está introduciendo nuevos elementos en la ecuación. Zarraga y Prados están teniendo la oportunidad de demostrar después de que no haya llegado ningún fichaje y de que Unai López se encuentre en la rampa de salida.

Marcelino fue claro con respecto a la situación del donostiarra tras medirse al Dinamo: “Consideramos que en esta etapa de reestructuración del Athletic, tenemos soluciones que nos pueden facilitar más o menos lo mismo. Creemos que hay otros jugadores que están por delante, que también son jóvenes y que tenemos que darles su sitio”.

El centro del campo del Athletic va acogiendo a caras nuevas. FOTO: MD
El centro del campo del Athletic va acogiendo a caras nuevas. FOTO: MD

Zarraga, lesionado en el último tramo de la reciente temporada, va entrando poco a poco. Son pocos minutos por el momento, pero la sensación es que el Athletic gana en agilidad de circulación cuando interviene. El preparador ha juntado a Prados con Vencedor, los futuribles de la medular rojiblanca. Dos centrocampistas con toque, pero también con sentido táctico y con capacidad para alternar quién juega más posicional y quién se descuelga más en ataque.

Valentía en la elección de los rivales

La última de las señas de identidad del nuevo Athletic no tiene tanta relación con el fútbol, se ciñe a la selección de los rivales en pretemporada para probar todo lo que Marcelino quiere poner en acción. Denota valentía, que el fuego sea lo más real posible. Oponentes potentes para calibrar las posibilidades de los bilbaínos. De nada vale medirse a equipos de nivel inferior si se busca una máxima exigencia en el corto plazo.

Una decisión que también encerraba un riesgo en caso de acumular derrotas. No es algo que preocupe a Marcelino, aunque sí hubiera generado más ruido en el ambiente. Que se uniría al triste final del curso pasado y a una ausencia de fichajes que han generado un cóctel de ilusión disminuida en Bilbao.

St. Gallen al margen, un rival más rodado que ejerció de anfitrión y de casilla de salida, el Athletic ha realizado una selección de amistosos de envergadura por petición expresa de su técnico. Se enfrentó en Suiza a dos conjuntos que van a disputar la Champions: Dinamo Kiev y Dortmund. Cierto es que los alemanes contaban con muchas bajas, pero ahí ya no puede hacer nada el club rojiblanco. El próximo fin de semana espera el Union Berlín, que jugará la Conference League; y para acabar, una mini gira británica para verse las caras con Southampton y Liverpool. Equipos de talla considerable para ir puliendo detalles con vistas al estreno liguero en Elche.


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