”Ni en Bruselas ni en España se puede sorber y soplar al mismo tiempo. No se puede llegar aquí, a Europa, y decir que el expresidente catalán Carles Puigdemont puede ser perfectamente juzgado con todas las garantías e imparcialidad por el Tribunal Supremo, y venir también y soltar que el sistema judicial en España es como el polaco: no es presentable”. Un dirigente popular, con los mejores contactos en la capital de la UE, reconoce que esos mensajes alarmistas no son positivos para España. Fuentes del Partido Popular Europeo (PPE) recuerdan, además, el riesgo de lo que puede significar comparar la situación de la justicia en España con países como Polonia y Hungría, a los que la Unión Europea ha bloqueado ya los millonarios fondos comunitarios precisamente por varias actuaciones e injerencias de sus gobiernos contra la independencia judicial.
Pablo Casado acudió el jueves a Berlín para participar en un acto de campaña de la CDU alemana, que sirvió de despedida de Angela Merkel para todo el Partido Popular Europeo. En el mitin, Casado denunció con acritud al Ejecutivo español por sus ataques a la independencia del poder judicial, los intentos de politizar el Consejo General del Poder Judicial o las críticas a relevantes sentencias del Constitucional. Y añadió que las instituciones europeas comprendían y respaldaban su dura posición.
Varios dirigentes del PP consultados admiten que Casado se pudo “pasar algo de frenada” en su intervención, “algo encendida” al tratarse de un mitin electoral en la compleja campaña alemana, donde la CDU vive con nervios el complicado momento de su candidato. Y señalan que el líder del PP sabe perfectamente, porque se lo han explicado con detalle sus eurodiputados, que no se puede comparar de ninguna manera la situación de la justicia en Polonia y Hungría con las críticas que él formula al panorama en España: “No estamos en lo mismo, esos países ya tienen resoluciones en contra del Parlamento Europeo, ya han sido sancionados y sus fondos bloqueados”. Las mismas fuentes aceptan que esta crisis “es arreglable” si el presidente, Pedro Sánchez, recibe a Casado y retoman sus contactos.
El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Montesinos, abundó en las tesis de su líder al asegurar que Casado “pone voz” con esas críticas “a lo que piensan las instituciones europeas y los jueces” en España. Y rechazó que ese comportamiento se catalogue de “desleal” hacia España, como remachan con malestar en la cúpula del Gobierno y el PSOE. “No hay nada más leal a los españoles que avanzar en el reforzamiento del Poder Judicial”, replicó a esas acusaciones Montesinos.
Los dos ministros que comparecieron el jueves en el Congreso, el titular de Presidencia, Félix Bolaños, y la de Justicia, Pilar Llop, reprocharon a Casado que con su deriva actual en la manera de hacer oposición “destructiva” vaya en contra del Gobierno y de los intereses del país. El nuevo portavoz socialista en el Congreso, Héctor Gómez, incidió este viernes: “Casado está en Europa haciendo oposición a España. Torpedeó los fondos europeos y las acciones del Gobierno en la relación con Marruecos. Su oposición está solo en la confrontación”. El actual secretario de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, abundó en la misma advertencia: “Alguien debería explicar a Pablo Casado que ser jefe de la oposición no consiste en oponerse a los intereses de España. Por favor”.
Casado reivindicó este viernes su sentido del “patriotismo” como “servir” a sus compatriotas “por igual con independencia de dónde vivan o cómo piensen”.
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