Cualquier adjetivo que se le pueda poner a la actuación que ayer perpetró el manchego Valentín
Pizarro
Gómez en Mestalla seguramente no sería del agrado de un colegiado que trituró a la Real, especialmente en la segunda mitad, siendo decisivo para que el Valencia lograra remontar un encuentro que los txuri urdin tenían bajo control con el 0-2 y la posesión del balón.
El resultado de ayer no se entiende sin la decisiva intervención de un árbitro que resucitó a un Valencia que estaba muerto tras fallar Soler un penalti y ver cómo Guevara e Isak ponían por delante a la Real antes del descanso.
Penalti de Carlos Fernández
A la vuelta, y con el cambio de sistema que impuso Imanol, la Real controlaba el partido sin apuro alguno hasta que en el minuto 58, en una acción a balón parado, Pizarro
Gómez señaló penalti por un pisotón de Carlos
Fernández a Paulista cuando este ya había disparado y no tenía opción alguna de hacer nada más. Fue una acción fortuita pero que el árbitro no dudó en señalar como penalti, amonestando además al punta andaluz. Cuestionable.
Segunda amarilla a Paulista
Que un colegiado se equivoque es humano, lo que resulta censurable es que cuatro minutos después, en una acción en la que Gabriel
Paulista da una patada ¡en el pecho! a Carlos Fernández en su intento por despejar un balón, no vea una amarilla que conllevaba expulsión. El mismo árbitro que no había tenido reparos en amonestar al joven Urko
González
de
Zárate a los seis minutos, el mismo que poco antes había mostrado una amarilla a Carlos
Fernández por un pisotón involuntario, perdonaba la segunda cartulina al brasileño pese a lo peligroso de su acción.
Su decisión, siendo grave y decisiva, lo fue todavía más ya que poco después era Paulista quien hacía el 2-2 con un soberbio cabezazo.
Perdona la expulsión a Wass
Más tarde, en el minuto 76, amonestó a Daniel
Wass por una patada sobre Januzaj en la que el danés no tuvo ninguna intención de jugar al balón, sino que únicamente trató de parar el peligroso avance del txuri urdin lanzándole una patada a la altura de la rodilla. Sorprende que aquí el VAR, que en la acción de Paulista no tenía nada que decir, se quedara mudo y no pidiera a Pizarro
Gómez que acudiera a ver la acción.
Penalti sobre Isak
Y para redondear su tarde, el colegiado no apreció el pisotón de Wass sobre Isak dentro del área que no sólo hubiera permitido a la Real disponer de un penalti a favor, sino que además habría provocado la expulsión del danés, que como sucedió antes con Carlos
Fernández, debería haber sido amonestado. El VAR, con Díaz
de
Mera a los mandos, siguió con el ‘mute’ activado.
Decisiones evidentes a las que hay que sumar una serie de ‘faltitas’ que terminaron minando a una Real castigada por las lesiones y por un pésimo Pizarro
Gómez.
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