Un palestino vota en las elecciones locales, el sábado en Beit Bajan (Cisjordania).

Las elecciones locales ahondan la fractura política de Palestina

Un palestino vota en las elecciones locales, el sábado en Beit Bajan (Cisjordania).
Un palestino vota en las elecciones locales, el sábado en Beit Bajan (Cisjordania).JAAFAR ASHTIYEH (AFP)

Los palestinos acudieron a las urnas el sábado en una de las raras ocasiones en que han podido ejercer el derecho al sufragio desde el nacimiento de la Autoridad Palestina en 1994. Votaron solo unos pocos –algo más de 250.000 (66% del censo)– en la primera fase de unas elecciones locales organizadas en las poblaciones más pequeñas de Cisjordania, que agrupan a un 30% de los habitantes del territorio. El movimiento islamista Hamás boicoteó los comicios ahondando la fractura entre las facciones políticas. Como era de esperar, las listas independientes conformadas por clanes locales con la bendición de Fatah, el partido nacionalista del presidente palestino, Mahmud Abbas, se hicieron con algo más del 70% de los escaños en liza, según ha anunciado este domingo la Comisión Electoral Central.

Los electores de las grandes ciudades de Cisjordania –como Ramala, Hebrón o Nablus– tendrán que esperar hasta marzo de 2022 para votar a sus ediles y expresar de paso un eventual voto de castigo a Abbas. El rais palestino, de 86 años, se mantiene en el cargo desde 2005 sin haber vuelto a someterse a la voluntad del pueblo y no ha organizado elecciones parlamentarias desde 2006, cuando los candidatos de Hamás arrasaron en las urnas. Después de haber convocado en enero presidenciales y legislativas, en abril suspendió los comicios alegando que Israel impedía su celebración en Jerusalén Este al mismo tiempo que en Cisjordania y la Franja de Gaza.

El Ejército ocupó la parte oriental de la Ciudad Santa en 1967 y se la anexionó unilateralmente en 1980. Desde entonces, Israel ejerce la soberanía sobre el conjunto de la urbe y prohíbe las actividades políticas de los palestinos, quienes aspiran a tener la capital de su futuro Estado en Jerusalén Este, donde se encuentra el recinto histórico amurallado de la Ciudad Vieja. El resto de los partidos palestinos interpretaron entonces, sin embargo, la decisión de Abbas como un pretexto para perpetuarse en el poder.

Los ciudadanos no han vuelto a expresar su voz en las urnas en más de 15 años, salvo en anteriores elecciones locales en 2012 y 2017 solo en Cisjordania. La votación del sábado se desarrolló en 154 pueblos. En otros 222 no se celebraron los comicios porque no se habían inscrito candidatos (en 60) o porque solo se había presentado una lista (en 162) y había sido aprobada “por aclamación”. Los jefes de los clanes, las amplias familias tradicionales de la sociedad palestina, suelen pactar las candidaturas independientes con el Gobierno de Fatah. Las listas de los partidos corresponden en general a fuerzas de la oposición, que ahora han sumado un 29% de los ediles.

Hamás, que gobierna de facto en la Franja de Gaza desde 2007, ha dado la espalda a las urnas tras la decisión de la Autoridad Palestina, que solo ejerce control administrativo sobre una un tercio de Cisjordania, de dividir el sufragio en dos fases y devaluar su peso político para evitar que se convirtiera en un plebiscito sobre el prolongado mandato de Abbas. Munir al Yagrub, portavoz de Fatah, declaró al canal Al Jazeera que la idea de posponer el proceso electoral en los grandes municipios y en Gaza “ha obedecido a un intento lograr un acuerdo con Hamás”.

Un sondeo del Centro Palestino de Investigación Política y Electoral considera que el partido del presidente Abbas perderá previsiblemente la mayoría en los ayuntamientos de las ciudades cisjordanas en la segunda fase de los comicios locales. El respaldo expresado por Hamás a los movimientos de protesta de Jerusalén, en la mezquita de Al Aqsa y la Ciudad Vieja, y contra la expulsión de residentes palestinos del distrito de Sheij Yarrah, ha incrementado su popularidad en feudos del nacionalismo laico. Sus candidatos han ganado en las últimas elecciones de organizaciones de estudiantes en las principales universidades de Cisjordania.

La representación de la Unión Europea en Palestina ha dado la bienvenida a la primera parte de elecciones municipales, pero también ha reclamado que la segunda se celebre en el resto del territorio palestino. “Es esencial que las instituciones locales respondan a la voluntad de las comunidades a las que sirven”, puntualiza un comunicado de la UE, que defiende además que las facciones palestinas pacten una hoja de ruta para la celebración de elecciones legislativas y presidenciales.

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