Las eléctricas aprovechan la crisis de la luz para atraer clientes a las tarifas fijas

Una factura de la luz, en una imagen tomada a mediados de septiembre.
Una factura de la luz, en una imagen tomada a mediados de septiembre.Eduardo Parra (Europa Press)

Batalla tarifaria de alto voltaje en el sector eléctrico español. Primero fue Naturgy, que a principios de septiembre se descolgó con una oferta fija de 60 euros por megavatio hora (MWh), se consuma a la hora y el día que se consuma, durante dos años bajo el sugerente lema Olvídate del pool. Después movió ficha Endesa, bajando en dos euros el precio por MWh que ofrecía su competidora para aquellos clientes que proceden del mercado regulado. E Iberdrola respondía redoblando su oferta de planes personalizados para dar “tranquilidad” a sus clientes frente a la volatilidad del PVPC (el precio voluntario para el pequeño consumidor), el nombre que recibe la tarifa regulada, y comprometiéndose a mantener los precios a sus clientes particulares los cinco próximos años. Todas ellas, con potentes campañas publicitarias para llegar a todos los rincones de España.

La guerra comercial desatada entre las grandes eléctricas en plena escalada de precios en el mercado mayorista —y, por tanto, cuando los consumidores más atención prestan a este tipo de propuestas— tiene un objetivo claro: captar clientes que hoy están acogidos al PVPC, los que ya están sufriendo los efectos de la subida de la luz —el resto lo harán más adelante— y llevarlos al mercado libre. En muchos casos, con el gancho de las tarifas fijas, especialmente bien recibido por los clientes en una coyuntura de máxima volatilidad. “Este año las condiciones del mercado favorecen el tránsito del mercado regulado al libre. Quien viene del PVPC y firma hoy un contrato en el libre, el año que viene va a pagar menos”, arguye un portavoz de Endesa. “Nuestras ofertas están abiertas a todos los clientes, del mercado regulado o del libre, y la tarifa fija trata de ofrecer una solución en la actual coyuntura”, explican desde Naturgy.

En el corto plazo, en efecto, este tipo de ofertas pueden ser ventajosas para el bolsillo de los clientes, y de hecho en muchos casos lo son: pagan menos de lo que pagarían de quedarse en el mercado regulado. Pero en el medio y largo plazo, y teniendo en cuenta que el precio de la electricidad en el mercado mayorista bajará casi con total seguridad a medida que baje el gas natural y las renovables —mucho más económicas— sigan ganando cuota en el mix español, la tarifa regulada seguirá siendo la más ventajosa. La semana pasada, la patronal del sector eléctrico, Aelec, propuso al Gobierno eliminar la tarifa regulada y dejarla únicamente para consumidores vulnerables.

“El objetivo de estas ofertas es claro: captar clientes del mercado regulado al mercado libre, que es donde de verdad ganan dinero”, sentencia José María Yusta, profesor de la Universidad de Zaragoza especializado en el mercado eléctrico. “Los consumidores domésticos son los menos informados, los que menos capacidad tienen para entender cómo funciona el mercado y los que menos se leen la letra pequeña. Así que las comercializadoras están intentando aprovechar la oportunidad de los precios altos y llevar a más clientes al mercado libre a pesar de que históricamente el regulado es el más ventajoso para ellos”. Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a finales del año pasado —justo antes de que se desatase la tormenta eléctrica— solo uno de cada cuatro hogares españoles conocía la diferencia entre ambos mercados.

En la década larga transcurrida desde que los clientes pueden pasar libremente del mercado regulado al libre, el volumen de aquellos que pactan libremente la tarifa que les conviene con la suministradora ya es claramente superior: menos de uno de cada tres tiene una tarifa regulada. Este tipo de campañas no buscan sino redoblar esa tendencia y captar aquellos clientes descontentos al sufrir ya las subidas en sus últimos recibos. Por el contrario, quienes están en el mercado libre, aun siendo más caro, no lo notarán hasta que no venza su contrato y su suministradora renegocie los términos del mismo.

“Para las eléctricas esta crisis es una oportunidad para ganar clientes: aprovechan la percepción de la gente de precios muy altos y les ofrecen un precio estable que les deja más tranquilos aunque en el largo plazo paguen más”, apunta Pedro Linares, profesor de la Universidad de Comillas experto en regulación y modelado de sistemas de energía. “Las empresas saben que, antes o después, el precio de la electricidad en el mercado mayorista va a bajar”.

Buena parte de esta nueva remesa de ofertas que están aterrizando en el mercado están dirigidas ex profeso a clientes que vienen de un mercado, el regulado, que históricamente “ha estado un 15% o un 20% por debajo de los precios del libre”, como recuerda Natalia Fabra, catedrática de la Universidad Carlos III de Madrid. “Quieren vaciar ese mercado porque ven que dentro de dos años, si la tarifa regulada sigue, va a estar marcando precios de 30, 40 o 50 euros por megavatio hora [frente a los 200 de ahora] por efecto de las renovables”. Con estas ofertas, zanja, las eléctricas pueden salir perdiendo al principio. Pero dentro de uno o dos años, los 60 euros que ofrecen van a estar muy por encima de los precios del PVPC. “Los captan ahora y saben que los clientes apenas se cambian de tarifa”.


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