Las empresas emergentes deben frenar la burocracia para garantizar una gobernanza de datos ágil

Las empresas emergentes deben frenar la burocracia para garantizar una gobernanza de datos ágil

A estas alturas, todas las empresas se basan fundamentalmente en datos. Esto es cierto independientemente de si operan en el espacio tecnológico. Por lo tanto, tiene sentido examinar el papel que desempeña la gestión de datos para reforzar y, en realidad, obstaculizar la productividad y la colaboración dentro de las organizaciones.

Si bien el término “gestión de datos” evoca inevitablemente imágenes mentales de vastas granjas de servidores, los principios básicos son anteriores a la era de las computadoras. Desde los censos y las elecciones hasta los albores de la banca, las personas y las organizaciones han luchado durante mucho tiempo con la adquisición y el análisis de datos.

Al comprender las necesidades de todas las partes interesadas, las organizaciones pueden comenzar a descubrir cómo eliminar los bloqueos.

Un ejemplo frecuentemente citado es Florence Nightingale, una enfermera británica que, durante la guerra de Crimea, registró y visualizó los registros de los pacientes para resaltar las pésimas condiciones en los hospitales de primera línea. Más de un siglo después, Nightingale es considerado no solo como un humanitario, sino también como uno de los primeros científicos de datos del mundo.

A medida que la tecnología comenzó a desempeñar un papel más importante y el tamaño de los conjuntos de datos comenzó a aumentar, la gestión de datos finalmente se codificó en una serie de funciones formales, con nombres como “analista de bases de datos” y “director de datos”. A esa formalización siguieron nuevos desafíos, particularmente desde el lado regulatorio de las cosas, ya que los legisladores introdujeron nuevas y estrictas reglas de protección de datos, especialmente la legislación GDPR de la UE.

Esto inevitablemente llevó a muchas organizaciones a percibir la gestión de datos como algo similar al gobierno de datos, donde las responsabilidades se centran en establecer controles y procedimientos de auditoría, y las cosas se ven desde una perspectiva defensiva.

Es cierto que esa actitud defensiva está justificada, sobre todo teniendo en cuenta los posibles daños económicos y de reputación causados ​​por la mala gestión y la filtración de datos. No obstante, hay un elemento de miopía aquí, y ser excesivamente cauteloso puede evitar que las organizaciones se den cuenta de los beneficios de la colaboración basada en datos, particularmente cuando se trata de software y desarrollo de productos.

Tomando la ofensa

La defensividad de los datos se manifiesta en la burocracia. Empieza a crear roles como “administrador de datos” y “custodio de datos” para manejar solicitudes internas. Un “consejo de gobierno” se sienta encima de ellos, cuyos miembros emiten diktats y establecen procedimientos operativos, mientras que en realidad no trabajan en las trincheras. En poco tiempo, surgen bloqueos.

Los bloqueos nunca son buenos para los negocios. La primera señal de problemas se presenta en forma de “líneas de distribución de datos”. Los empleados que buscan datos cruciales se ven obligados a presentar su caso ante el responsable. Se pierde el tiempo.

En sí mismo, esto es catastrófico. Pero el impacto cultural es mucho peor. Las personas son solucionadoras de problemas por naturaleza. Eso es doblemente cierto para los ingenieros de software. Entonces, comienzan a descubrir cómo eludir los procedimientos establecidos, acumulando datos en sus propios “silos”. La colaboración flaquea. Las inconsistencias surgen cuando los equipos inevitablemente se encuentran trabajando desde diferentes versiones del mismo conjunto de datos.


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