La selección de Estados Unidos ha navegado la primera fase del Mundial 2023 plácidamente. Sin apenas despeinarse, más allá de un par de avisos contra Nueva Zelanda y Grecia, el Team USA no ha desplegado ni de lejos su mejor juego. Quizás ante Jordania, con una paliza por 110-62, el equipo de Steve Kerr subió un punto más su apuesta para empezar a carburar ahora que llega un momento de la verdad que se sacuden, al menos, de cara a la galería.
Anthony Edwards, llamado a ser la gran estrella estadounidense en el campeonato del mundo, pasó de lo políticamente correcto y desestimó de un plumazo a sus próximos rivales. “Creo que vamos a ganar, realmente no estamos preocupados por los demás”, apuntó después de firmar su mejor actuación en lo que va de torneo. Con 22 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias en 18 minutos, el escolta de 22 años por fin desató su mejor juego en el encuentro de trámite contra los jordanos.
Montenegro el viernes (10:40h, Gol Mundial / Courtside 1891) y Lituania el domingo (14:40h, Gol Mundial / Courtside 1891), especialmente con sus dos torres NBA, se antojan como un reto algo más complejo para los jóvenes e inexpertos jugadores del Team USA. Aún así, el vestuario rebosa confianza. “Estamos imbatidos, así que creo que tenemos una buena oportunidad para ganar. Tenemos grandes entrenadores y grandes jugadores, nuestra confianza está por las nubes”, desarrolló Edwards, ya con la cabeza puesta en las aspiraciones de oro del grupo.
El seleccionador, más precavido, reconoce que los emparejamientos plantearán mayores retos a sus pupilos. “Sabemos que la competición empezará a ponerse más dura”, reflexionó Kerr. El bando estadounidense, sin embargo, sigue más centrado en superar sus propias lagunas que analizar a los futuros rivales. Nikola Vucevic, pívot de los Chicago Bulls, será la primera mole a superar para el elenco de cincos falsos en Estados Unidos. Con 20,7 puntos y 7 rebotes de promedio en lo que va de torneo, su rendimiento dará una vara de medir más realista sobre las capacidades defensivas de Jackson Jr., Banchero y Portis.
“Conozco a muchos de estos tipos. Hay que salir motivados, y mantenerse activos. Lo tenemos complicado para llegar a los cuartos de final, pero en baloncesto nunca se sabe”, avisaba el interior montenegrino. “Para nosotros, como país, jugar contra Estados Unidos significa mucho, así que trataremos de dar lo mejor de nosotros mismos”.
El domingo, contra Lituania y Jonas Valanciunas, interior de los New Orleans Pelicans -13,7 puntos y 10 rebotes durante la primera fase- los estadounidenses tendrán otra buena prueba. Más allá de sus portentos dentro de la pintura, Montenegro y Lituania no deberían poner en demasiados apuros al combinado estadounidense. Los bases Kendrick Perry (Unicaja de Málaga), naturalizado montenegrino, y Rokas Jokubaitis (Barça), lituano de pura cepa, serán los otros jugadores que pueden dar que hablar en sus respectivos emparejamientos.
Confiados, casi sobrados, los estadounidenses tan solo necesitan una victoria para asegurarse su presencia en los cuartos de final. Su objetivo, evidentemente, será mantener la imbatibilidad y asegurarse el cruce más ‘flojo’ en cuartos de final. Allí se podrán topar con Serbia, República Dominicana, Italia o Puerto Rico, una vuelta de tuerca más para el equipo, según se den las distintas combinaciones de resultados.
“Hemos repasado el formato de torneo con el equipo durante la sesión de vídeo, y queremos ganar ambos, los chicos están al tanto“, apuntó Kerr en la previa. De clasificarse como primeros de grupo ganará un día adicional de descanso entre los cuartos de final y las semifinales, una ventaja nada desdeñable.