Las lágrimas de Luis Suárez en el banquillo no podían ser más elocuentes. Uruguay decía adiós al Mundial de la forma más cruel, cuando iba ganando por 0-2 a Ghana en el minuto 83 del partido pero se conocía de repente la fatal noticia de que Corea del Sur había marcado en el 91′ ante Portugal, un gol para poner el 2-1 definitivo que dejaba fuera al combinado charrúa. Un golpe inesperado y letal.
Es el punto y final a un Mundial de Qatar que ya ha sido calificado por la prensa del país sudamericano como “fracaso” y a una generación de oro formada por nombres propios como Luis Suárez, Cavani o Godín, que saben que es su último Mundial, y que han visto cómo se esfumaba por los pelos, en el último instante. Adiós al sueño mundialista al quedarse a un solo gol de avanzar a octavos de final.
Los rostros de los veteranos jugadores dejaban patente que, sin duda, era el día más triste para los celestes. El público en las gradas se quedó mudo, cuando llevaba todo el encuentro celebrando el pase. Esto es fútbol y nunca hay que dar nada por sellado.
Al límite, al borde del fracaso, la selección de Uruguay resurgió demasiado tarde, eliminada por un gol a última hora de Corea del Sur. La selección charrúa fue víctima de su propia falta de ambición en las dos primeras jornadas, haciendo intrascendente su triunfo ante Ghana. Al final vio que necesitaba más de dos goles para avanzar a los octavos de final y actuó a la desesperada, insistiendo en ataque, creyendo hasta el final, pero ya fue demasiado tarde.
En el minuto 91, en el partido entre Corea y Portugal, cambió todo para el conjunto celeste, mientras desde la pantalla veíamos los gestos de desesperación de Diego Alonso hacia sus futbolistas, las lágrimas de Darwin Núñez, la desolación de Luis Suárez… La imagen de una victoria fue realmente la de una derrota.