Después de un curso y medio con la mascarilla puesta en los recreos, los niños podrán quitársela a partir del jueves. El real decreto aprobado este martes en el Consejo de Ministros elimina la obligatoriedad del cubrebocas en exteriores, y esto afecta también a los centros educativos.
“En los patios de los colegios los niños y niñas podrán jugar sin mascarillas” desde este jueves, ha dicho la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. La norma será publicada este miércoles en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor un día más tarde. El anuncio ha pillado a contrapié a algunas comunidades autónomas. Las consejerías de Sanidad y las de Educación de algunas como Andalucía, Cantabria, Asturias y Aragón han respondido a este periódico que están esperando a conocer la literalidad del decreto para saber cómo pueden implementarlo.
“El uso de la mascarilla en los colegios siempre ha sido obligatorio en Andalucía, independientemente de los cambios que ha habido respecto a utilizarla al aire libre. Tendremos que ver cómo queda la redacción del real decreto”, afirma un portavoz de la Consejería de Educación de esa comunidad. “Estaremos a lo que se decida por consenso entre el ministerio y las comunidades autónomas, o la mayoría de ellas. Creemos que es una decisión lo suficientemente importante como para que vayamos todos a una con ella”, señala un portavoz del Gobierno de La Rioja.
Otras, como Cataluña y Baleares, ya han anunciado que a partir del jueves, cuando entra en vigor el real decreto, dejará de ser obligatorio el cubrebocas en los patios. “La Conselleria de Salud y Consumo, en coordinación con la de Educación y Formación Profesional, ha acordado que la mascarilla no será obligatoria en los patios y recintos exteriores de los centros educativos, siguiendo los criterios que aplicará a partir del jueves el Ministerio de Sanidad. Por lo tanto, la medida se adoptará el jueves, cuando entre en vigor la nueva normativa por parte del Gobierno central”, señala el Gobierno balear en un comunicado.
El consejero valenciano de Educación, Vicent Marzà, ha apuntado: “Todavía no tenemos constancia oficial de este acuerdo, pero en cuanto la tengamos lo aplicaremos. Lo hemos dicho muchas veces, pensamos que al aire libre ya va siendo hora de que los niños y niñas puedan estar sin mascarilla”.
La nueva norma aprobada por el Consejo de Ministros modifica un endurecimiento del uso de las mascarillas que entró en vigor el 24 de diciembre ante la explosión de casos de la sexta ola. Antes de esa fecha, la ley no permitía eliminarlas de los recreos, ya que establecía que era obligatoria también en exteriores cuando no se pudiera mantener menos de un metro y medio de distancia.
Pero el nuevo real decreto elimina esta excepción y, según lo que ha comunicado el Ministerio de Sanidad, se limita a recomendar el uso de los cubrebocas en exteriores cuando se produzcan aglomeraciones. Además, siguen siendo necesarios en eventos multitudinarios de pie y en los sentados en los que no se pueda guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros, según informó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, a las comunidades autónomas el lunes. Esto, a efectos prácticos, mantiene las mascarillas en competiciones deportivas de élite, como partidos de fútbol, aunque se disputen al aire libre.
También sigue vigente el uso de esta protección en espacios cerrados, una norma que permanece desde la primavera de 2020 y que el Ministerio de Sanidad no ha sido partidario de eliminar ni siquiera en los momentos de menos contagios.
Apoyo de la principal federación de familias
La medida ha sido bien recibida por Leticia Cardenal, presidenta de la mayor confederación de familias de la escuela pública, Ceapa: “Siempre hemos dicho que apoyaremos lo que diga Sanidad. Y en este caso, no tiene sentido que se le permita a la gente estar sin mascarilla en la calle y se pida que el alumnado siga llevándola en el patio. A lo largo de la mañana ya la tienen bastantes horas puesta y también les viene bien respirar al aire libre”.
El pediatra y epidemiólogo Quique Bassat también está a favor de la medida: “Yo creo que es una excelente noticia y es un primer paso hacia la desescalada de medidas específicamente en las escuelas. Esta es la que menos utilidad tiene, probablemente”. Bassat, que ha formado parte del grupo de la Asociación Española de Pediatría que ha asesorado al Gobierno en la elaboración de los protocolos sanitarios en las escuelas, cree que lo siguiente que hay que plantearse es el momento de quitarlas también dentro de las aulas “para que las escuelas vuelvan a parecerse a lo que teníamos antes de la pandemia”. “Siempre he pensado que las escuelas son la plataforma adecuada para testar este tipo de cambios en la estrategia. Es un entorno mucho más seguro que el de los adultos, porque es el grupo de menor riesgo, y si funciona el quitar las mascarillas en el interior de las aulas, se podrá aplicar al resto de grupos de edad. Se puede estudiar bien cómo funciona y comprobar que no se produce ninguna catástrofe por hacerlo. Eso permitiría quitar la mascarilla de los adultos en interiores con un poco más de seguridad que como lo han hecho en otros países”, añade.
Salvador Peiró, especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, se muestra también “poco partidario de mantenerlas, y menos todavía cuanto más baje la incidencia”. Peiró cree que podría establecerse un sistema flexible por el cual, si un colegio viviera una situación con muchos contagios, se pudiera reimplantar la mascarilla en exteriores mientras durase dicha coyuntura, como sucede con los confinamientos a partir de cinco contagios detectados en un grupo escolar. “Lo deseable sería establecer una regla general, sin mascarilla en los patios al aire libre, y sus excepciones”, añade.
La visión del profesorado
Los sindicatos de enseñanza afirman, por su parte, que estarán a lo que digan las autoridades sanitarias. “Parece razonable que si se levanta el uso obligatorio al aire libre a nivel general, esta medida tenga también traslación al ámbito educativo”, dice Maribel Loranca, responsable de enseñanza en UGT. “La comunidad educativa, en general, pero especialmente profesorado y alumnado están realizando un esfuerzo extraordinario desde el inicio de la pandemia y si, con carácter general, se suavizan algunas normas, es adecuado que también repercuta en los centros educativos”, coincide José Ramón Merino, de STE. Y ANPE pide que la progresiva vuelta a la normalidad se lleve a cabo con “cautela”, y advierte que los responsables educativos deben prestar atención sobre todo a “las zonas donde exista excesiva aglomeración de alumnado, especialmente en las entradas, las salidas y en muchos recreos”
El grupo de los menores de 12 años ha sido el que mayores tasas de contagios ha alcanzado durante la sexta ola. Llegó a un pico de más de 5.800 casos notificados por 100.000 niños en 14 días el pasado 27 de enero, unos días más tarde de que la ola barajara en el resto de edades.
Con la infranotificación de esta última onda de covid, los expertos creen que en realidad estos datos se quedan muy cortos, y podrían haber sido el doble o el triple. Pero, una vez que empezó a caer la curva, también lo está haciendo con mayor rapidez que en el resto de franjas. Según el último informe de Sanidad, la incidencia acumulada entre los niños todavía era la más alta, pero se había reducido ya a menos de 3.500 casos por 100.000 habitantes, frente a los 1.997 de tasa general.
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