El Gran Premio de Miami se disputa por primera vez en la historia de la F1 al que Charles Leclerc llega como líder, aunque cada vez con menos ventaja sobre el defensor del título Max Verstappen. Y Ferrari no se va a esperar al traslado del Circo a Europa para estrenar en Barcelona las actualizaciones más importantes sino que en Miami van a presentar novedades para desafiar a los Red Bull.
El Miami International Autodrome, con el Hard Rock Stadium como epicentro y diseñado por Apex Circuit Design, es un trazado de 5,41 km que cuenta con 19 curvas, tres rectas, posibilidad de tres zonas de DRS y una velocidad máxima estimada de 320 km/h. También hay cambios de elevación, el principal de los cuales se encuentra entre las curvas 13 y 16, con la pista pasando por una rampa de salida y por debajo de varios pasos elevados a través de un terreno irregular. La chicane de la curva 14-15 tiene una aproximación cuesta arriba, con una cresta en el centro, y luego desciende a la salida.
Al tener que compensar la diferencia de velocidad con el RB18, el F1-75 llevará unas actualizaciones, un alerón trasero de baja-media carga, mientras que en los entrenamientos libres probarán el suelo del tren delantero que cuenta con un patín y que utilizó Carlos Sainz en el reciente test de Pirelli en Imola y que debería ser útil para limitar el efecto del porpoising, una solución que ya utiliza Red Bull.
Charles Leclerc además montará el segundo motor, el mismo que Sainz se vio obligado a utilizar en Imola tras un aviso en las comprobaciones que realizaron. No es que teman por la fiabilidad porque el sistema híbrido ha pasado con éxito las pruebas con mapas de motor más potente, es para conseguir objetivos de durabilidad.