Las pistas del ADN del virus del Nilo de 2020 pueden ayudar a su erradicación


El brote del virus del Nilo Occidental que el año pasado se cobró la vida de ocho personas (todas en Andalucía) y afectó a otras 71 sorprendió a los epidemiólogos por lo inesperado y por su virulencia. El primer estudio genético de esas cepas, liderado por investigadores y científicos andaluces, puede ayudar a determinar no solo su origen, sino su potencial agresividad y lo que es más importante, si puede considerarse una variante endémica de la cuenca del Guadalquivir o si procede del exterior, una evidencia esencial de cara a actuar sobre su erradicación o anticiparse a su aparición.

Las conclusiones del trabajo, publicadas en la revista Viruses, apuntan a dos hipótesis sobre su origen: “Una presencia común y diversificada en el Mediterráneo y que va apareciendo en distintas zonas o un reservorio endémico viral endémico de Italia que parece estar permanentemente activo y con brotes continuos desde 2008 y que ya se ha introducido en otras ocasiones en España”, indica el documento sobre el análisis filogenético. “Si tuviéramos datos de ADN intermedios entre las secuencias de este brote y las muestras de los otros posibles orígenes, sería más fácil llegar a una conclusión, pero lo cierto es que hay grupos de virus emparentados que son endémicos de Italia y que han pasado por España”, indica Joaquín Dopazo, director del Área de Bioinformática Clínica de la Fundación Progreso y Salud, dependiente de la Junta de Andalucía, que ha dirigido la investigación y que llama la atención sobre la escasa información genética sobre otros brotes y la presencia anterior del virus del Nilo Occidental en España.

La aparición de un nuevo brote infeccioso este año, en los mismos humedales donde apareció en 2020 —que ya se ha cobrado una víctima mortal y ha provocado dos contagios, que han sido dados de alta—, puede ayudar a despejar incógnitas. “Si conseguimos hacer otra secuenciación de este brote y comprobamos que es idéntica al del año pasado, nos permitiría concluir si es endémico de Andalucía”, sostiene Dopazo. Esta evidencia, estima el investigador, podría llevar a dar con los focos y erradicarlos, más allá de las actuales medidas de prevención que puso en marcha la Junta de Andalucía hace un año para contener la presencia del mosquito del género Culex que es el que sirve de vector para la inoculación del virus en animales y personas. “Es importante haber conseguido una secuenciación genética de la cepa de 2020 porque estos virus mutan y desaparecen”, incide Dopazo.

La aparición de un nuevo brote infeccioso este año, en los mismos humedales donde apareció en 2020 puede ayudar a despejar incógnitas

El estudio se ha realizado sobre cuatro muestras identificadas del brote del año pasado que pertenecen al linaje 1 —de los ocho en los que se clasifica filogenéticamente el virus del Nilo Occidental―. Tres de ellas presentan mutaciones en las proteínas. Dos en la proteína de la envoltura de virus y otra que se produce en el punto de escisión de la proteína, lo que “puede explicar el aumento de la transmisibilidad e incluso la mortandad de la infección”, se explica en el documento. “Todo es muy especulativo, porque de este virus se sabe bastante poco”, advierte Dopazo.

“No sabemos todavía la importancia de esas mutaciones o si pueden indicar que sea más peligrosa, porque no hay experimentación suficiente, pero se trata de una llamada de atención”, señala el investigador. “Los virus van mutando y las mutaciones que preocupan son las que hacen que se conviertan en más graves, pero no podemos determinar si la virulencia del brote es por la peligrosidad de la mutación o porque la cepa esté más extendida y afecte a más personas”, añade. Son las aves, recuerda Dopazo, las principales transmisoras del mosquito, que luego infecta a animales y a humanos. “La expansión podría deberse a una mayor llegada de aves y no a la virulencia del virus”, abunda.

El mosquito Culex es común en los pantanales del río Guadalquivir. Los municipios ribereños —como Coria del Río o la Puebla del Río, en Sevilla― fueron los más afectados por el brote de 2020 (aunque también se dieron casos en la provincia de Badajoz), y son en los que han aparecido los últimos casos de infecciones graves en seres humanos. El virus del Nilo provoca un 0,1% de las muertes entre los contagiados, un 20% de fiebre controlable y un 80% de casos asintomáticos, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.

Todos los resultados del estudio se encuentran disponibles en una plataforma vinculada al Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía, que se ha convertido en una herramienta fundamental para la vigilancia epidemiológica en la región y en la que se insertarán otros análisis del genoma de otras muestras medioambientales y de futuros brotes. Este servidor ha sido desarrollado por el Área de Bioinformática de la fundación Progreso y Salud como parte del proyecto del estudio del ADN del virus del Nilo y muestra, de manera interactiva, la filogenia completa de las cuatro secuencias analizadas del brote de 2020 en el contexto del resto de brotes mundiales que se han analizado previamente.

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