Las primeras pinceladas del RCD Espanyol de Diego Martínez se vieron el sábado en la Ciudad Deportiva Dani Jarque. No dejan de ser eso, simples pinceladas, pero ante el Montpellier HSC el equipo ya mostró alguna de las señas de identidad que quiere el gallego.
“El equipo ha sido muy generoso en el esfuerzo. Para nosotros es importante el hecho de mejorar en los duelos individuales, de ser un equipo que, cuando pueda, intente presionar, a veces era más alto, a veces menos alto, pero la idea y la intención está ahí”, dijo al finalizar el encuentro el nuevo técnico perico, que su vez admitió que todavía queda un largo camino por recorrer.
Laterales profundos
Diego Martínez optó por el 4-3-3 en el primer partido de la pretemporada, con dos laterales profundos –Rubén Sánchez y Brian Oliván-, Vini Souza como ancla de un centro del campo que completaron Keidi Bare y Sergi Darder, portador del brazalete de capitán, en los interiores y Joselu, referencia arriba, escoltado por dos extremos bien abiertos –Jofre y Nico Melamed– a los que también exige que aparezcan en zona de remate. “¡Llega, Jofre, llega!”, le pedía el míster al ’29’ durante el primer acto.
Tras el descanso, con los cambios, Diego Martínez dejó más pinzeladas de autor, ubicando a Omar en el lateral zurdo, a pierna cambiada, y a Rubén Sánchez como extremo derecho por delante de Óscar Gil. Transcurridos los minutos, con la salida del verde de Darder y Melamed y el ingreso de los canteranos Simo y Villahermosa, el que pasó al pivote fue Calero, adelantando Vini su posición.
Intensidad y presión alta
Más allá de estos aspectos tácticos, el nuevo Espanyol se mostró intenso en su puesta de largo, presionó arriba tras pérdida y transmitió muchas ganas, sobre todo por parte de los nuevos, de agradar a su nueva afición y de ganarse un hueco en el once. Vini, el más desconocido de los tres debutantes, encandiló a la hinchada blanquiazul en su estreno, Joselu dejó detalles de su indudable calidad y estuvo cerca de hacer su primer tanto con un cabezazo que se fue fuera por muy poco y Oliván, único lateral izquierdo disponible ante el Montpellier por las molestias que arrastraba Adrià Pedrosa, se mostró sobrio atrás y se entendió a las mil maravillas con Melamed.
RDT, la gran duda
La duda reside ahora en saber si el ex del Granada seguirá apostando por este sistema cuando RDT, que se incorporó más tarde a los entrenamientos con permiso del club, esté disponible. Si finalmente sigue en el Espanyol, nadie se atreve a cuestionar la indiscutibilidad del internacional español, bandera del conjunto perico desde su llegada. La pelota pasará entonces al tejado de Diego Martínez, que tendrá por delante un complicado encaje de piezas, que, de resolver satisfactoriamente, promete dar muchas alegrías a un espanyolismo que rebosa ilusión de cara al próximo curso.