La temporada ha empezado, pero la señal de obras se mantiene en el RETAbet Bilbao Basket. La mezcla aún no ha cuajado, necesita su proceso. Medio equipo nuevo, bajas con un notable peso específico, un verano muy atípico y un calendario inicial diabólico para un conjunto en reconstrucción. Con todo, Alex Mumbrú ha mostrado en esta semana al sprint las primeras pinceladas de lo que apunta a ser su bloque de confianza.
El núcleo duro ha estado formado por siete hombres. Cuatro efectivos son ‘repetidores’ (Rousselle, Brown, Kulboka y Balvin) y tres son incorporaciones (Hakanson, Zyskowski y Jones). Todos ellos han permanecido por encima de los 20 minutos de media sobre la cancha. Los datos están un poco disparados debido a lo pequeña de la muestra y a que en el primer encuentro hubo prórroga, sin embargo apuntan a sentar las bases del nuevo proyecto del Bilbao Basket. La suerte de los MIB estará en sus manos.
El 0-3 no ha encendido las alarmas, Mumbrú advirtió antes de visitar el Palau Blaugrana que les costará más que al resto e hizo un llamamiento a la calma: “Si nos ponemos nerviosos es que no sabemos en qué lugar está el Bilbao Basket”. Han sido tres derrotas, aunque en todas ellas ha habido aspectos a rescatar. Hubo reacción frente a Gran Canaria y Tenerife, contra Herbalife incluso sirvió para alcanzar la prórroga, y ante el Barcelona se compitió durante 25 minutos.
El técnico repitió plan inicial en los dos primeros compromisos. El quinteto lo formaron Rousselle, Serron, Zyskowski, Kulboka y Balvin. En el Palau introdujo un par de matices. Brown arrancó como titular en el puesto de dos y Jones hizo tándem con Balvin en la pintura. Los dos cincos de salida. No duro demasiado porque el norteamericano cometió dos faltas rápidas y se fue al banquillo.
El proceso de renovación encierra muchas aristas, tanto cuantitativa como cualitativamente. Especialmente para un Bilbao Basket con uno de los presupuestos más bajos de la categoría. No hay que olvidar que de un año a otro ya no están Schreiner, Rafa Martínez, Bouteille, Sulejmanovic o Lammers. Todos ellos rondaron los 20 minutos de media el pasado curso. Los relevos van ocupando su lugar, pero hay figuras difíciles de sustituir.
En la rotación actual, las diferencias estuvieron más marcadas en los duelos ante las escuadras canarias. Frente al Barça la cosa estuvo más repartida, ya que en el tramo final el pescado ya estaba vendido. Al margen de los siete de confianza para Mumbrú, Serron es el siguiente en el escalafón. Y habrá que comprobar el papel de Rigo. Sufrió una fractura de los huesos de la nariz justo antes de la visita al Gran Canaria y su participación ha sido reducida al estar obligado a jugar con una máscara protectora.
De los siete de confianza, cuatro son ‘repetidores’ (Rousselle, Brown, Kulboka y Balvin) y tres son incorporaciones (Hakanson, Zyskowski y Jones)
Todavía el míster no ha dado con la tecla adecuada entre sus hombres altos. Moses va a más en lo que a minutos se refiere, pero su bagaje es escaso. La aportación de Dos Anjos es residual: 3’35’’ en total. Jones sí entra en la rueda, sin embargo está en un proceso de adaptación a los sistemas. Y luego está Kulboka, que por sus características tiende a salir hacia fuera y que hasta la fecha no ha encontrado su momento en el tiro.
Bilbao Basket logró esquivar el coronavirus en pretemporada, aunque las molestias físicas fueron un quebradero de cabeza para varios integrantes de la plantilla. Nada serio, lo justo para impedir que Mumbrú pudiera tener a su disposición ni un día a todos. Y en el banderazo de salida liguero, tres bloques perfectamente armados. El preparador tiene esta semana para preparar a conciencia la cita del sábado contra Monbus Obradoiro (3-0). Los hombres de negro parten con la necesidad de estrenar su casillero de victorias. La ACB no espera a nadie y cuando se quiera reaccionar quizás sea muy tarde.
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