las propiedades curativas de un árbol tóxico

Los medicamentos y el avance de la ciencia ha permitido que los seres humanos alarguen sus vidas hasta unos niveles nunca vistos. Hasta hace relativamente poco, la esperanza media de vida no pasaba de los 40 años, en la actualidad se ha incrementado hasta los 80. Los antibióticos y las inyecciones han conseguido mejorar la calidad de vida de los humanos. Pero todo remedio tiene un principio, y suele ser la naturaleza. En este caso hablamos del Tejo, un árbol tan tóxico como curativo del que proceden gran cantidad de tratamientos. Te lo contamos.

El árbol de la vida

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Instantánea de «Un monstruo viene a verme» (Bayona) en la que el tejo es el protagonista

El tejo (Taxus) puede definirse como uno de los anticancerígenos más importantes que existen en la actualidad. El poder curativo de este árbol fue descubierto en los años 50 gracias a un estudio desarrollado por Estados Unidos en el que se examinaron más de 6.000 especies vegetales distintas. El paso del tiempo permitió ampliar la investigación, y allá por los 70 se utilizó por primera vez la esencia del tejo para intentar curar el cáncer de ovarios.

La sustancia más importante de este árbol curativo es el Taxol. Una síntesis química entre los tres taxanos: «paclitaxel», «docetaxel» y «cabazitaxel». Un medicamento que se comercializa en todo el mundo para la utilización en tratamientos oncológicos. Cabe destacar que el Taxol actua como un inhibidor de la división celular impidiendo la mitosis.

Un bien escaso

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El tejo ha sufrido un numero indiscriminado de talas

El descubrimiento de dichas propiedades curativas significó un antes y un después para el tratamiento del cáncer así como para la población mundial de tejos. La tala indiscriminada está acabando con las grandes plantaciones de un árbol más importante de lo que se piensa. En países como China o la India se generaron movimientos ecologistas con la finalidad de acabar con estas malas practicas, ya que en apenas un año se habían cortado casi dos millones de ejemplares.

El tejo ha sido repudiado a lo largo de la historia por sus enormes dosis de toxicidad. Un vegetal que puede llegar a ser mortal si se ingiere en grandes cantidades pero que, sin embargo, puede llegar a combatir hasta 14 tipos de cáncer diferentes. Toda una dicotomía que que sorprendió a los estudiosos de la época y que sigue asombrando a la comunidad científica actual


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