Jorge Vilda dará a conocer este lunes (16h) la prelista de jugadoras para ultimar la preparación del Mundial de Australia y Nueva Zelanda que se celebra del 20 de julio al 20 de agosto. La expectación es total por conocer qué futbolistas del grupo de ‘Las 15’ formarán parte de esta convocatoria y cuáles no. Algunas, como Patri Guijarro, Mapi León, Claudia Pina y Lola Gallardo, ya han dado a entender que se mantienen firmes en su postura de no regresar hasta que no haya cambios significativos en el cuerpo técnico.
“De momento tampoco veo que la situación se pueda arreglar”, señaló Patri Guijarro tras conquistar la Champions con el Barça, cuestionada sobre su posible regreso a la selección en esta recta final hacia el Mundial. Mapi León ya se había pronunciado días antes al asegurar que “a día de hoy, no estaré en el Mundial. Tengo una manera de vivir y unos valores… yo no puedo volver, algún cambio debe haber. Se ha estado intentando con la Federación cambiar las cosas, pero desde mi punto de vista es insuficiente”.
La guardameta Lola Gallardo, del Atlético, expresó también su postura al asegurar que “si se arregla genial y si no, toda la suerte del mundo a las que vayan y que ganen el Mundial”.
La cuestión es: ¿Por qué razón unas jugadoras vuelven y otras no? En este dilema se han hallado la mayoría de las firmantes. El caso es que las futbolistas que deciden regresar valoran los cambios realizados desde la RFEF y se han sentido escuchadas. Ha habido ‘feedback’ con el cuerpo técnico, ha habido diálogo constante tanto telefónico como a través de emails, reuniones particulares en Madrid y un gesto muy relevante como fue la visita del seleccionador Jorge Vilda y su ‘segunda’, Montse Tomé, a la Ciutat Esportiva el pasado 21 de mayo para dialogar en persona.
Se han atendido peticiones concretas de las jugadoras tales como la creación de un plan de conciliación familiar -que permite tener a los hijos menores de dos años cerca durante las concentraciones-, así como mejoras económicas y facilidades en los desplazamientos tanto de las jugadoras como de sus familiares, una de las peticiones más insistentes desde hace tiempo.
Los compromisos publicitarios, el impacto de disputar un Mundial y el fuerte incremento de premios que otorga la FIFA, que permitirá a las jugadoras embolsarse unos 28.000 euros cuando el salario mínimo en España para las futbolistas es de 16.000, han sido detonantes en la decisión de volver. Estas mismas jugadoras entienden, además, que desde dentro de la selección se pueden seguir impulsando cambios importantes.
En el otro lado se hallan las futbolistas que consideran que los cambios significativos que reclamaban no se han producido y ven insuficientes los pasos de la RFEF para atender a sus peticiones. Anteponen sus valores y sus ideales y consideran que los avances realizados no son suficientes para configurar un equipo competitivo capaz de aspirar a un título de la envergadura de un Mundial. Consultadas por Mundo Deportivo, aseguran que están siendo “coherentes” con lo que defendieron ocho meses atrás, cuando decidieron enviar el comunicado conjunto a la RFEF.
En todo caso, tal como avanzó Mundo Deportivo, todas las peticiones particulares van a ser respetadas pese a no ser compartidas y, de ninguna manera, las diferentes posturas en este conflicto van a generar mal rollo o tiranteces entre compañeras.
Jorge Vilda dará el día 30 la lista definitiva de 23 jugadoras que acudirán al Mundial. A partir de ahí, las 23 convocadas pondrán rumbo a Dinamarca donde se medirán en un amistoso el 5 de julio al combinado danés y desde ahí partirán a Nueva Zelanda donde realizarán su aclimatación y preparación para su debut en la Copa del Mundo del 21 de julio ante Costa Rica en Wellington.