Diego Costa, Héctor Herrera, Yannick Carrasco, Santiago Arias, Víctor Machín, ‘Vitolo’, o Thomas Lemar ya divisan la reanudación de la competición con reivindicaciones aún pendientes para cada uno en el
Atlético de Madrid
, bien porque su nivel no es el que se esperaba, bien porque no han logrado la consolidación en el once, bien porque figuran en un papel secundario hasta ahora o porque su aportación al equipo aún es insustancial.
DIEGO COSTA Y LA REVÁLIDA CONSTANTE
Los últimos años de la primera etapa de Diego Costa en el Atlético fueron imponentes. Su campaña 2013-14 fue impresionante, como el motor del equipo que fue capaz de doblegar a 38 jornadas, con la dificultad enorme que eso conlleva, al Real Madrid y al Barcelona. Pero su regreso está bajo la duda, sin superar de una vez por todas la reválida constante a la que está expuesto porque ni sus números ni su rendimiento están a la altura de aquel pasado.
Diego
Costa se reestrenó con el Atlético en enero de 2018. Su reentrada fue sensacional, con dos goles en dos partidos. O tres en los primeros cuatro encuentros. Dos años y medio después, entre las lesiones que han marcado este tiempo, entre ellas las operaciones del quinto metatarsiano, en 2018-19, y de una hernia discal, esta temporada, más la sanción con la que terminó el pasado curso, ha disputado 63 de los 123 partidos de su equipo desde entonces, con 14 goles y 11 asistencias. Una media de un tanto cada cuatro encuentros y medio.
Sólo dos de esas dianas corresponden a este curso -una de ellas de penalti-, cuando tampoco se ha visto al Diego Costa potente, inabordable y desbordante de tiempos pasados. Eso nada más ha sucedido en contadas ocasiones, aunque relevantes: en la vuelta de las semifinales de la Liga Europa que ganó el Atlético en 2017-18, en la Supercopa de Europa que conquistó contra el Real Madrid en 2018 o en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de hace un año con el Juventus. Demasiado poco para un delantero de su talla, en el que Diego
Simeone aún mantiene la confianza plena. En la reanudación de la Liga en San
Mamés, apunta a la alineación titular. Tiene contrato hasta 2022.
HÉCTOR HERRERA Y LA LESIÓN INOPORTUNA
A Héctor Herrera le costó entrar en los planes de Diego Simeone al principio de la campaña. No pisó el campo en competición oficial hasta el quinto choque, como suplente frente al Juventus, cuando marcó el gol del empate en el Wanda
Metropolitano. Es su único tanto hasta ahora en el conjunto rojiblanco, en el que, desde entonces, subió su protagonismo, incluso hasta una participación ininterrumpida de 17 partidos oficiales, 12 de ellos de titular… hasta las molestias a causa de una tendinopatía en el aductor que lo apartaron de la continuidad.
“Héctor Herrera ha convivido con vaivenes (desde su llegada al Atlético). Al principio no le hemos tenido tan en cuenta porque teníamos otros compañeros suyos que lo estaban haciendo muy bien. Empezó a crecer, a jugar, a ser importante y tuvo una lesión que lo dejó un mes afuera. Y en esos treinta y pico días (fuera por lesión) hay otros que juegan, esos que juegan aprovechan la oportunidad, aparece Llorente y, como la vida, uno deja un espacio y otro lo ocupa. Entonces, uno tiene que trabajar para volver a conseguirlo”, explicó Simeone el 6 de marzo, días antes de la suspensión de la competición por el covid-19.
“Mi futuro está aquí, tengo contrato hasta unos cuantos años y no me hace pensar en otra cosa que no sea el ser protagonista, ser importante aquí, porque vivo siempre en el presente, no en el futuro”, asegura el internacional mexicano, que había bajado su nivel partidos antes. No juega desde el pasado 26 de enero, en el 0-0 contra el Leganés. Cuando se lesionó a la semana siguiente apuntaba al once en el derbi ante el Real Madrid, pero esa dolencia le apartó de la convocatoria. Fue baja los siguientes cinco partidos y en los últimos dos estuvo a disposición de Simeone sin minutos. En Liverpool, además, se quedó fuera de la convocatoria de 18. Cuando se reanude la Liga, llevará más de cuatro meses sin competir.
LOS ALTIBAJOS DE VITOLO
No hay duda de las condiciones de Vitolo, cuyo talento, desborde, regate y visión son de lo mejor que tiene el Atlético en su plantilla, pero dos años y medio después de su debut como rojiblanco (tres desde que Diego Simeone se empeñó tanto en él que el conjunto rojiblanco pagó su cláusula de rescisión ante su entonces inminente renovación con el Sevilla, en el verano de 2017), el extremo canario es ajeno al once tipo, entre los altibajos, la falta de confianza de su entrenador y las inoportunas lesiones justo cuando su consolidación parecía cercana.
Cierto es que unas cuantas veces su reivindicación en el once ha sido evidente, quizá también puntual, y que no ha alcanzado la constancia aún en el Atlético, bien porque alguna lesión ha frenado sus mejores momentos o porque Simeone no ha confiado en él todo lo que debería para darle un recorrido en la alineación que en ocasiones sí ha merecido. No ha sido tan determinante como se presupone para un jugador de su clase, que, además, en Liverpool fue uno de los descartes de la convocatoria del técnico.
Vitolo no desiste en convencer a Simeone de que tiene un sitio en el once. Tiene calidad más que suficiente, por encima de la media de su equipo, para lograrlo, pero también necesita ofrecer más y con mucha más continuidad. Por delante, once jornadas de la Liga y la Liga de Campeones. En San Mamés será suplente, como lo ha sido en 72 de los 103 partidos que ha estado a disposición del técnico argentino.
LA INTRANSCENDENCIA DE LEMAR
Hace tres meses, en enero, el club le buscaba destino. Era una de las claves para abordar la operación Cavani, finalmente frustrada, porque para que entrara el uruguayo debía salir otro jugador -y el señalado era el extremo francés- para cumplir con el límite salarial de la Liga. Lemar era un jugador prescindible, apenas año y medio después de su llegada, porque su versión no se ha parecido en nada a la que promovió su fichaje en el verano de 2018.
Un curso y medio después, el extremo galo se mantiene en la intranscendencia en cada partido del Atlético. Es más visible en defensa que en ataque, cuando su verdadera virtud es la ofensiva. Ahí, los números trasladan la misma sensación que él transmite en los lances del juego, no por falta de ocasiones, porque ha jugado mucho de titular -42 choques-, sino por improductividad, falta de desborde y nula valentía para explotar sus mejores cualidades: el regate y el golpeo. Sólo ha marcado tres goles y ha dado otros cuatro en 67 encuentros.
Ninguno de esos tantos ni asistencias corresponden a este curso, con 24 duelos jugados (11 de inicio), en el que ha perdido ese rol de titular casi fijo que había ostentado con una llamativa constancia la pasada campaña y al principio de ésta. Simeone, a juzgar por el duelo de ida contra el Liverpool en el Metropolitano, aún tiene fe en él. Ese día apostó por él en el once inicial, por delante de Marcos Llorente, Vitolo, Carrasco… El extremo sufrió una contractura que le apartó después de los siguientes tres duelos. En Anfield fue suplente.
LA OCASIÓN DE CARRASCO
Más extremo que delantero, aunque en ambas posiciones es una opción que supone desborde, verticalidad y gol, Yannick
Carrasco regresó el último día del mercado de invierno al Atlético de
Madrid desde el fútbol chino, en forma de cesión, como la ocasión para la revitalización de un jugador que iba para estrella o casi, por sus impactantes condiciones, pero que había pasado al olvido en el Dalian, ajeno al fútbol más competitivo del mundo, por mucho que aún contaba para la selección belga de Roberto Martínez.
Su salida fue por la puerta de atrás, aunque él fuera el autor, por ejemplo, del gol de su equipo en la final de la Liga de Campeones de 2016 perdida en los penaltis, de que hubiera disputado 124 partidos, con 23 tantos, en dos años y medio como rojiblanco, o de que tuviera un contrato hasta 2022 con una cláusula de rescisión de estrella: 100 millones de euros.
Su vuelta ha sido inesperada y, por ahora, intranscendente. Nada más llegar ya tuvo participación en el derbi contra el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Desde su reestreno ese día, cuando jugó los últimos 19 minutos del choque, su equipo ha encarado ocho partidos y él sólo ha sido titular en uno -los 56 minutos que disputó en el 1-1 contra el Espanyol-. Ha jugado otros cuatro, incluido el derbi, al salir desde el banquillo. En tres no fue empleado. Su futuro está en juego.
ARIAS Y EL ‘ÚLTIMO’ LATERAL
El pasado octubre, Santiago Arias era tal competencia para Kieran
Trippier que uno y otro casi se alternaban en las alineaciones titulares de Simeone. Por ejemplo, en el tramo que va del 25 de septiembre al 6 de noviembre, con un total de diez encuentros, él jugó cinco partidos de inicio y el británico los otros cinco, pero él disputó más minutos, porque en Sevilla entró al intermedio para completar uno de sus mejores choques de rojiblanco.
Ahora, la situación es muy distinta para el internacional colombiano. Ni siquiera ha entrado en la convocatoria en los últimos cinco partidos de forma consecutiva, desde su última titularidad en Valencia, cuando fue reemplazado en el minuto 67. Ya no es la primera alternativa para Trippier, sino la última, superado también por Sime Vrsaljko, de vuelta a la competición el pasado enero después de un año de baja por una lesión en la rodilla.
Con el final de temporada tan cercano, las once jornadas restantes de LaLiga Santander toman una transcendencia indudable en su futuro en el Atlético más allá de esta temporada, sin el recorrido que esperaban ni el equipo ni él en su segundo año juntos. Ha jugado once de los 38 encuentros de este ejercicio, nueve desde el once, con una asistencia en el empate (1-1) contra el Sevilla del pasado 2 de noviembre.
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