Laschet se abre a dimitir para revitalizar la CDU alemana tras la debacle electoral


La CDU alemana ha vivido otra jornada llena de rumores en torno al futuro de su todavía presidente, Armin Laschet, mientras las conversaciones para formar Gobierno entre el SPD, que ganó las elecciones el 26 de septiembre, Los Verdes y los liberales daban sus primeros pasos. El presidente de la CDU, Armin Laschet, ha ofrecido hacerse a un lado y abrir un proceso de renovación de la dirección del partido, tras casi dos semanas de tensión y presiones por la debacle sufrida por los democristianos en las elecciones generales en Alemania, aunque tampoco se ha dado por vencido.

Laschet ha asegurado en una rueda de prensa en la sede de la CDU que seguiría intentando negociar con Los Verdes y los liberales del FDP una coalición que sume mayoría para investirle como canciller. “La oferta de la CDU sigue en pie”, ha enfatizado. Pero también ha lanzado otro mensaje: “Lo importante no son las personas, sino las políticas de los próximos cuatro años” en Alemania. “El gran proyecto Jamaica (por el color de las formaciones para formar Gobierno) no fracasará por culpa de la persona”.

Esa ha sido su máxima concesión a dar un paso atrás. El líder conservador no ha llegado a anunciar su dimisión tras casi dos semanas de críticas por el descalabro electoral, pero sí ha adelantado que propondrá la semana que viene a la cúpula del partido la celebración de un congreso —que podría tener lugar en diciembre, aunque no dio fechas— para proceder “rápidamente a la reorganización de la CDU en términos de personal, desde la presidencia hasta el comité ejecutivo federal”.

Laschet se ha mostrado dispuesto a “moderar” ese proceso interno para evitar una repetición de las batallas internas desde que Angela Merkel iniciara el proceso de su sucesión, tras anunciar en 2018 que no repetiría como candidata a la Cancillería. Eso le permitiría, según han apuntado algunos medios alemanes, pilotar su salida y hacerlo de forma escalonada. Los conservadores quedaron segundos, por detrás de los socialdemócratas (SPD), pero registraron el peor resultado de su historia con Laschet como candidato a la Cancillería que ha ocupado durante 16 años Angela Merkel.

Reconocimiento

Donde no ha dejado lugar a la ambigüedad ha sido con las negociaciones para formar Gobierno. El líder de la CDU ha arremetido con dureza contra la coalición semáforo (por los colores de las formaciones) que negocian los socialdemócratas, ecologistas y liberales. “El SPD es el socio equivocado. Podemos confirmarlo tras los años de cooperación. En cambio, [la coalición] Jamaica [CDU, ecologistas y liberales] podría aplicar muchas cosas muy rápidamente. En este contexto, es legítimo preguntarse por qué se han iniciado conversaciones exploratorias unilaterales sin necesidad. Por nuestra parte, no estamos dando un portazo”.

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Horas antes, algunos medios alemanes habían adelantado que Laschet se disponía a presentar su dimisión. Y pese a no haber pronunciado esas palabras algunos de sus correligionarios empezaron a alabar la decisión adoptada. Ha sido el caso de Friedrich Merz, quien participó en las primarias del partido para ser candidato a la Cancillería y fue derrotado por Laschet, quien lo incorporó a su equipo de campaña. Merz aseguró en un mensaje de Twitter que el todavía presidente de la CDU merecía “respeto, gracias y gran aprecio” por despejar el camino. Al tiempo que le tendía la mano. “Haré todo lo posible para encontrar una forma consensuada de lograr esto, que también contará con la aprobación de nuestros miembros”, escribió el expresidente del grupo parlamentario.

No fue el único en interpretar que las palabras de Laschet apuntaban a su salida al frente del partido. En declaraciones al Rheinische Post, el presidente estatal de la CDU de Hamburgo, Christoph Ploss, quiso rendir “homenaje a la decisión de Armin Laschet”. “Merece reconocimiento y agradecimiento. Es importante que el proceso para el inicio del nuevo personal [al frente del partido] sea ahora transparente, rápido y con la participación de los miembros”, dijo.

Lo cierto es que el líder de la CDU ha sido objeto de crecientes críticas tras la derrota electoral. La formación quedó segunda tras el SPD de Olaf Scholz y obtuvo el peor resultado de su historia con el 24,1% de los votos después de haber gobernado Alemania durante 16 años consecutivos. Tanto las bases del partido como los críticos de la dirección le culpan de la derrota electoral y del fracaso, por el momento, de las conversaciones exploratorias para una coalición jamaicana.

Matemáticamente, la CDU/ CSU tendría posibilidades de formar un nuevo Ejecutivo: con el FDP y Los Verdes como socios menores en esa alianza Jamaica a la que Laschet se aferra. Sin embargo, los dos partidos más pequeños quieren explorar primero una coalición con el SPD. Ambos habían mantenido conversaciones con la CDU, pero se quejaron de las indiscreciones por parte de los conservadores durante las rondas exploratorias.

El peor resultado

Laschet arrastró a su partido al peor resultado de su historia, un 24,1%, casi nueve puntos menos de los que consiguió Angela Merkel en su cuarto mandato. La debacle es tal que muchos cuadros medios de la formación se han quedado sin escaño. La CDU perdió mucho apoyo en la antigua Alemania oriental en favor de la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). “Las pérdidas han sido especialmente drásticas en el Este”, reconoció Laschet la noche electoral. El aislamiento de los ultras, con los que ninguna otra formación pacta ni dialoga más allá de los debates en los medios de comunicación, no ha podido contener su avance en algunos territorios. Pese a ello, Laschet se aferraba a la ilusión de gobernar.

Acabar a un paso de la oposición después de 16 años seguidos en el poder tuvo un efecto casi inmediato en la CDU y numerosos diputados y líderes regionales y locales del partido empezaron a cuestionar su actitud. Uno de los primeros fue el primer ministro de Sajonia, el democristiano Michael Kretschmer, dijo que había que admitir claramente la derrota y reconocer que el resultado es un terremoto para el partido. A nivel federal, el partido perdió dos puntos (10,3%) con respecto a 2017, cuando entró por primera vez en el Bundestag con un discurso antinmigración.

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