Imanol derriba muros con semejante facilidad que los calificativos se agotan para describir una trayectoria que eleva ya 33 victorias en 64 partidos oficiales (más de un 51%) sus guarismos como entrenador de la Real. El técnico de Orio sólo ha perdido 17 de esos 64 encuentros (poco más de uno cada cuatro) lo que, en estos momentos, le convierten en una especie de gurú para todos los seguidores txuri urdin que ven en él, además, al hincha que todos llevan dentro. Nadie les representa mejor que el exlateral derecho.
Nada de todo esto, sin embargo, va a tener que ver con la cita del 18 de abril en La Cartuja. A Imanol, y a todos sus futbolistas, les espera en Sevilla el derbi más importante de la historia. Un Real-Athletic que no sólo marcará decisivamente el estado de ánimo de ambas aficiones en los próximos años, sino que influirá incluso en el ‘status quo’ de ambas instituciones. Nunca un derbi tuvo tanta trascendencia.
El hecho de que nunca se haya jugado un Real-Athletic en el marco de la final de Copa sitúa el partido en un ámbito absolutamente desconocido. De poco sirve situar sobre la mesa que Imanol
Alguacil ha ganado tres de los cuatro derbis que ha dirigido como entrenador de la Real, los tres en Anoeta. 3-1 en su estreno cuando sustituyó a Eusebio, 2-1 la pasada temporada tras reemplazar a Garitano y 2-1 hace apenas unas semanas. Este último encuentro, además, tiene menos valor, si cabe, como muestra representativa toda vez que el Athletic jugó el partido con una alineación repleta de suplentes. Por la misma razón, tampoco cabe argumentar que en la única derrota del oriotarra en un derbi, el pasado mes de agosto en San Mamés (2-0), su equipo fue arrollado. La Real es otra y el Athletic también.
Lo del 18 de abril no tendrá que ver con nada de lo vivido hasta ahora. Será la batalla más grande jamás librada en el fútbol vasco en la que la Real, eso sí, contará con Imanol. Algo que tranquiliza a su gente.
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