Mikel
Oyarzabal, tasado en 70 millones de euros, sigue siendo el realista más valorado, seguido por otros dos futbolistas diferenciales como Isak y Merino, a los que les adjudican un precio de mercado de 40 millones. Sin embargo, la Real no dejaría escapar, en esta situación de equilibrio financiero, a sus cracks por esas cantidades, toda vez que sus cláusulas de rescisión son bastante más elevadas.
No obstante, los ejemplos más paradigmáticos son los de aquellos canteranos cuya cotización se ha disparado merced a las dos grandes campañas que ha facturado la Real, las dos últimas. Son futbolistas que no le han supuesto ningún coste al club txuri urdin y que ahora mismo representan un patrimonio deportivo de primer orden.
Zubimendi crece un 7.900%
La palma se la lleva Oyarzabal, aunque los 70 millones en los que está valorado son casi equivalentes a su cláusula de rescisión (75) y se mantienen en el tiempo. Los casos más llamativos y gratificantes para la Real son los de futbolistas como Le
Normand, Zubimendi, Gorosabel y Guevara, habituales titulares este curso que ya residen en una especie de elite europea.
Le
Normand ya es el cuarto jugador mejor valorado de la Real, tras los principales cracks. Le tasan en 22 millones de euros. Hace año y medio, su valor de mercado era de cinco millones.
A Zubimendi ya le adjudican un valor de 20 millones, el quinto más elevado del plantel, el 29º de su puesto en la Liga, el 35º entre los jugadores nacidos en el estado español. Ahora vale 80 millones más que el año pasado, es el segundo mayor aumento de la Liga (un 7.900 %), tras el de Jon Morcillo del Athletic. La Real tampoco le traspasaría por esos 20 millones.
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