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Le Normand para rato


La Real no se olvida del futuro mientras prioriza el presente. Una combinación que ha empezado a suministrar sus frutos. Uno de los primeros, la renovación por dos temporadas de Robin
Le
Normand. El club hizo oficial ayer el acuerdo alcanzado con el joven central de 23 años, que firma hasta 2024 tras unas negociaciones presididas por la más absoluta cordialidad: las partes estaban condenadas a entenderse.



La entidad txuri urdin, de esta manera, se asegura la continuidad a largo plazo de una pieza que ha cotizado al alza en su temporada de estreno en el primer equipo. Ágil y con puño de hierro, la Real consigue blindar a un valor que ha protagonizado una secuencia tan positiva como en ocasiones peligrosa: la progresión meteórica, ésa que no suele pasar inadvertida para los más hambrientos depredadores del mercado. Le
Normand seguirá en la Real.

El anterior vínculo del francés expiraba en 2022. La Real mantiene el precio de su cláusula de rescisión, que seguirá costando 50 millones de euros. El club encaja a Le
Normand en un rango que ocupan otros como Guevara o Portu, cuyas duraciones de contrato y libertades son iguales que los de Le
Normand a partir de ahora.

Una mentalidad inalterable

Le
Normand ha disputado 28 partidos en el curso de su debut como miembro del primer equipo. 21 en Liga, los 7 de Copa y brillando en la mayoría. Es el central con más minutos sumando todo el cómputo oficial de la temporada. Sus andanzas iniciales en la máxima categoría fueron la campaña pasada, después de debutar en diciembre de 2018 de la mano de Asier
Garitano. El sucesor, Imanol
Alguacil, es el máximo responsable de su fulgurante consagración. También fue el entrenador del galo en el Sanse.

La mentalidad de Le
Normand permanece inalterable respecto a la que le ha conducido al estrellato. Como si fuera un aprendiz de la cantera, el de Pabu explica que su intención pasa por “seguir mejorando” para “crecer de la mano del club”, ya que “hay muchas cosas en las que tengo que seguir progresando y no queda otra que seguir trabajando para conseguir los retos que tenemos como equipo”. Un discurso sin purpurina.

Puede que el secreto sea que Le
Normand sepa que “para llegar hasta aquí hay mucho trabajo detrás. El resultado es que estoy haciendo un buen camino y una buena etapa en la Real” y se declara “orgulloso” por la renovación: “Es algo que quería cumplir”.

La evolución de Le
Normand ha sido inesperada. No estaba entre las quinielas de los canteranos más prometedores, pero ha derribado barreras siendo un precisamente un muro de resistente contención. Un central de la vieja escuela, intenso, sereno, sin adornos y potente en el juego aéreo. Se ha convertido, además, en el antídoto más efectivo para cicatrizar la herida en la parte izquierda del eje defensivo. Allí donde la apuesta por Sagnan naufragó y donde el remedio de Llorente no cuajó.

Son virtudes en aras de que el colectivo salga beneficiado. “Hay un final de temporada muy ilusionante y queremos conseguir un puesto europeo”, afirma Le
Normand. “Vamos a darlo todo para conseguirlo, por el club, por la afición y por nosotros mismos”, remata el mariscal de la Real.


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