LeBron James celebró por todo lo alto su momento. Acostumbrado al espectáculo y el agasajo a la americana, el ídolo de la NBA disfrutó durante la entrega de su nueva corona, la de máximo anotador de la liga estadounidense. Al más puro estilo Hollywood, hubo gritos, lágrimas y dedicatoria a sus seres queridos. “Ha sido muy especial. Soy un niño de una pequeña ciudad de Ohio, ha sido un momentazo, pero no creo que lo haya procesado todavía”, explicaba tras el encuentro. En Los Ángeles, como no, se vivió anoche una de esas películas, en esta ocasión real, de las que rompen la taquilla. ¡Se pausó un partido de baloncesto en pleno tercer cuarto para subrayar su histórica marca!
El astro de 38 años, autor de 38.390 puntos en su trayectoria profesional y recién superado Kareem Abdul-Jabbar, presente en la cita, afirmó que para él es un honor ser nombrado junto al resto de grandes jugadores de la historia de la liga. “Es un sentimiento irreal. Yo y mis amigos siempre soñábamos con ser estos tipos, jugábamos a ser ellos en la calle. Ahora, ser comparado con ellos no parece real”, decía. Eso sí, no rehúye el astro a la hora de situarse en el cajón más alto de la historia de la NBA.
“Voy a dejar que cada uno decida según su opinión. Personalmente, yo me pongo por delante de todos los demás que han jugado al baloncesto, pero cada uno tendrá a sus favoritos”, decía el ‘6’ en declaraciones a la cadena TNT después del partido mientras le apretaba Shaquille O’Neal, otro de los grandes. En la jornada previa a su cumbre anotadora, LeBron también había contestado sin embudos sobre su lugar exacto en el Olimpo del baloncesto mundial.
“Voy a dejar que cada uno decida dónde me sitúa este récord. No me corresponde a mí decir si soy esto o lo otro”, decía en una entrevista con The Orange County Register. “Lo que aporto a la mesa como jugador de baloncesto… creo que soy el mejor jugador que ha habido. Es la confianza que tengo, lo que pienso que aporto, lo que poseo. Pero sobre si es este récord me hace subir al último nivel, eso no lo sé”, añadía al ser preguntado por figuras como las de Michael Jordan, Abdul-Jabbar o Magic Johnson.
“Puedo jugar un par de años más”
LeBron piensa, además, que tiene cuerda para rato. “La forma en que me siento, la manera en que mi cuerpo ha estado reaccionando a lo largo de esta temporada… Sé que puedo jugar un par de años más”, comentó. El aspecto más complicado, según él, es el mental. “Al final se trata de mi mente. Si mi mente sigue ahí, si sigo motivado para seguir y para intentar competir por campeonatos (…)., si me siento motivado para prepararme cada día entonces continuaré jugando a este deporte”, añadía.
No son tiempos fáciles para mantenerse entusiasmado para un jugador que siempre ha repetido que prefiere ganar partidos y títulos a conseguir marcas personales. Aunque se entregó al show en L.A., lo cierto es que él mismo había reconocido que no quería batir el récord perdiendo el encuentro. A pesar de que se marcó un partidazo –38 puntos, 7 rebotes, 3 asistencias y 3 robos (13-20 TC; 4-6 3P)–, la derrota manchó inevitablemente su hito. Los Lakers son decimoterceros en la Conferencia Oeste con un balance de 25 victorias y 30 derrotas que les alejan, cada vez más, de la posibilidad de alcanzar los playoffs.
“Puedo contar con los dedos de las manos las veces que he llorado en 20 años de trayectoria, ya sea por alegría o tristeza. Hoy han sido lágrimas de no creérmelo”, reflexionaba. “El camino ha sido fantástico. Mi carrera ha sido como una montaña rusa. Cuando terminas, quieres repetir otra vez… Eso sí, quiero remarcar el papel de los que vinieron antes y recordar que amo la historia del baloncesto, pero también decir que nunca quise emular a nadie, simplemente ser yo mismo. Si te mantienes fiel a ti mismo, estarás satisfecho sea cual sea el resultado”.
LeBron avanzó que dormiría muy poco por la noche. Lo que más le apetecía tras batir el gran récord anotador era tomarse una copa de vino y, luego, unos cuántos tequilas. “Pasadlo bien”, les lanzó a los periodistas.