Año nuevo, vida nueva. O eso dicen. Hay que poner en duda que vaya a ser así en el caso de los Lakers, jamás si se habla de LeBron que seguirá siendo el mismo por más años que cumpla -recién celebrados los 38-, por más años que pasen. Pero, si es por la constancia, el arrojo y el talento de ‘The King’, quizá los de púrpura y oro sí puedan cumplir sus propósitos de año nuevo. Como ironizó el día de su aniversario que tenía que meter 40 puntos porque con 30 no daba para ganar, cayeron otros más de 40 para batir a los Charlotte Hornets (115-121).
En concreto, 43 tantos (16/26 en lanzamientos), ‘aliñados’ con 11 rebotes y 6 asistencias tras los 47 del día de los Hawks, el día que cumplió los 38. LeBron, lejos de acercarse a la crisis de los 40, la espanta. Y además, mate de All-Star incluido. Aunque haya poco que celebrar en estos Lakers, disfruta. Y continúa engrandeciendo su historia: ‘The King’ se convierte en el único jugador junto a Michael Jordan que registra dos partidos seguidos con más de 40 puntos después de los 35 años.
“Es siempre una bendición cuando te puedes poner el uniforme y jugar enfrente de aficionados que me han visto durante por lo menos 20 años”, dijo ‘Bron’, apreciando el respeto de la hinchada de los Hornets. Saben lo que es respetar a las leyendas cuando en lo más alto de la organización, como propietario, se halla Michael Jordan.
El equipo de Darvin Ham se apuntó la segunda victoria consecutiva, buscando pista para el despegue, esa ristra de unos cuantos triunfos seguidos que le acerque a unas plazas de play-offs en las que ahora son los Sacramento Kings los que marcan el corte, con un 19-16 ante el 16-21 de los de púrpura y oro, que suben una posición en el Oeste, duodécimos. Y el que sigue subiendo también, para que LeBron no se sienta tan solo, es Thomas Bryant, el aplicado cumplidor como sustituto de Anthony Davis.
No alcanza ni de lejos la categoría del pívot -irreemplazable sobre todo en defensa-, pero otro doble-doble, con 18 puntos (9/17 en TC) y 15 rebotes, además de 2 asistencias y 1 robo en un encuentro dominado con cierta comodidad por los Lakers para el sufrimiento al que están acostumbrados esta temporada. Otro que sube enteros es Dennis Schröder, con 15 tantos para acumular el tercer choque seguido en dobles dígitos y empezar a recordar ese cuchillo penetrador que fue en el Eurobasket con Alemania. Lo único malo para los de púrpura y oro, que Russell Westbrook, se pareció demasiado al ‘viejo’, sólo 2 puntos con un 1/8 en tiros en los 11 minutos que jugó, repartiendo 2 asistencias pero perdiendo 3 balones.
No se puede quejar esta vez LeBron de su equipo, aunque un usuario en Twitter posteaba un vídeo-‘metáfora’ de los de púrpura y oro, con una secuencia de fallos de sus compañeros -después de que el ‘6’ sirviera una exquisita asistencia: ni Troy Brown, ni Austin Reaves ni Wenyen Gabriel la pudieron meter con todo lo fácil que lo tenían. En los Hornets, que habían ganado a los Lakers en Los Ángeles días atrás, los 27 puntos de Terry Rozier o los 24 de LaMelo Ball.
Cuando empieza el año se suelen retomar los fallidos propósitos de otoño. Y los de púrpura y oro quieren cumplir ahora en Año Nuevo ese objetivo, ser competitivos, que incumplieron con el principio del otoño. Ya suman dos victorias consecutivas pero cuántas veces han caído. Como el que se apunta al gimnasio, ya se sabe que eso no va de ir uno ni dos días, sino de mantener la rutina. LeBron tira, pero los Lakers no parecen de momento querer mover un dedo para rodearle mejor, evitar la deshonra que supondría que el dentro de poco máximo anotador de todos los tiempos no fuera a play-offs. Háblese de incorporaciones, háblese de resultados, es ahora o nunca. Subir el ritmo, mantenerse, o dejarse para siempre.