Si lo pide LeBron James, Adam Silver seguro que escucha. La estrella de Los Angeles Lakers fue claro y meridiano sobre su intención de comprar una franquicia de la NBA o, mejor todavía, crear un equipo nuevo con los planes de expansión de la liga. ¿Su destino ideal? Las Vegas, Nevada, un paraíso del juego y, oportunamente, fiscal. “Sé que Adam está en Abu Dhabi ahora mismo, pero probablemente ve las entrevistas y transcripciones de cada uno de los jugadores. Así que… quiero mi equipo aquí, Adam. Muchas gracias”.
No es ningún secreto que la competición estadounidense lleva años estudiando una posible expansión nuevos mercados. “En algún momento, inevitablemente, la liga va a crecer. No ahora mismo”, reconocía Silver en su rueda de prensa anual de pretemporada. Es probable que en cuestión de años haya un par de franquicias nuevas en la liga, y todo apunta a Las Vegas y Seattle.
Dos claves para posponer la expansión son los acuerdos económicos previos que quiere resolver la liga: primero, negociar un nuevo contrato televisivo; luego, atar en corto a los jugadores con un convenio colectivo a largo plazo. Cuando se anuncien estas dos firmas, será el momento de pensar en ampliar la lista de franquicias.