La pasada temporada, el año del debut de Eden Hazard con el Real Madrid, los periodistas perseguían al belga por la zona mixta para conocer otros secretos más allá de su fútbol. Uno de ellos fue Ricardo Sierra, micrófono de Movistar+ en mano, que se plantó frente a él en busca de algo tan ajeno (en principio) al deporte como un consejo lingüístico. “Dinos exactamente cómo se pronuncia tu apellido porque seguimos teniendo dudas”. Sierra optó por la vía más rápida, la de preguntar al protagonista. Pero, ¿cómo hacen los narradores para referirse y comunicarse con las estrellas de una competición en la que conviven una cincuentena de procedencias diferentes? Estos son los trucos y anécdotas de seis profesionales de España, Japón, Argelia, Alemania y Dinamarca que narran LaLiga Santander.
Miguel Ángel Román, compañero de Ricardo Sierra en La Casa del Fútbol, explica que en caso de duda suele acudir a dos tipos fuentes: los departamentos de prensa de los equipos o un portal de Internet donde se encuentran las pronunciaciones de centenares de jugadores. Hecha la aclaración previa, expone su método. “Intento ser lo más fiel al idioma original, con dos salvedades. Si la forma de decir el nombre, aunque sea incorrecta, ya se ha instalado en el imaginario o si el nombre tiene un sonido que no existe en español. Eso va a incomodar al espectador porque no está acostumbrado”. Y pone un ejemplo: “Yo estudié francés en el instituto y un par de veces me salió esa erre francesa, que suena como una ge, con Lemar, del Atlético. No tardaron en llegar críticas en Twitter”, cuenta.
Por LaLiga Santander han llegado a pasar profesionales de países tan distintos como Madagascar (Stepháne Collet, con una breve trayectoria en la Real Sociedad), Groenlandia (Jesper Grønkjær, que militó en el Atlético de Madrid) o Burundi (Mohammed Tchité, goleador que hizo vibrar a la afición del Racing de Santander). En la edición actual están representadas 51 nacionalidades.
Un auténtico rompecabezas lingüístico que se completa con los jugadores nacidos en Cataluña, Galicia o el País Vasco. “Si haces el esfuerzo de aprender un nombre eslovaco, ¿cómo no lo vas a hacer con uno de aquí?”, argumenta el narrador de Movistar +. Y al galimatías se añaden los particularismos personales, el hecho de que haya jugadores que eligen cómo se pronuncia su nombre independientemente de las reglas fonéticas de cada lengua. Como Roger Martí, el delantero del Levante UD, que no se pronuncia ni en castellano ni en catalán, sino en el idioma propio del futbolista. “Nos llegan quejas de que no lo decimos en catalán, con el sonido de la ge y la erre muda, pero es que nosotros lo pronunciamos con la i griega, Royer, porque el jugador valenciano ha dicho que lo prefiere así”.
Los periodistas españoles no son los únicos que se enfrentan a este tipo de dilemas. Jan Platte, narrador de DAZN, se enamoró de Valencia y del equipo de la ciudad, al coincidir su estancia de ocho meses como estudiante con el doblete de los valencianistas dirigidos por Rafa Benítez. Hoy, con el bagaje de español que conserva de esa época, se ha convertido en el encargado deLaLiga Santander para DAZN en Alemania. “Con jugadores como Jordi Alba a veces tenemos dudas. ¿Hay que pronunciarlo en catalán o en castellano, con la i griega en vez de la jota? En televisión escuchas las dos”, confiesa.
Otros como Henrik Fallesen, de la cadena TV 2, que tiene los derechos para emitir el fútbol español en Dinamarca, hacen bandera de sus progresos cuando han superado los titubeos iniciales: “Me llevó su tiempo, pero ahora ya me siento cómodo diciendo Martín Aguirregabiria (Deportivo Alavés). Sé que muchos narradores lo llaman solo Martín, pero ahora que ya he practicado mucho quiero usar su apellido”, explica este periodista, cuya vocación empezó pronto, suplantando desde el salón de casa la voz que salía de la televisión, y que exhibe los post-its donde cada partido apunta estadísticas y pequeñas historias de cada futbolista.
Yuji Nishi, de 37 años y afincado en Tokio, la capital de Japón, lleva desde 2016 siendo la voz de los partidos de LaLiga Santander para los que siguen la competición desde el país nipón. Trabaja también para la cadena DAZN y narra los partidos tanto en inglés como en japonés. “Cambiar de uno a otro no es difícil y tampoco lo suele ser la pronunciación de los nombres de los futbolistas españoles porque los españoles y los japoneses tenemos una manera similar de leer el alfabeto. Sin embargo, hay algunos jugadores africanos que sí nos dan algún quebradero de cabeza”, reflexiona Nishi, que hizo un curso de castellano en la universidad, se enamoró del fútbol español en 1992 cuando vio en directo el dream team de los Guardiola, Stoichkov o Koeman en la final de Copa Intercontinental de 1992, disputada en su tierra.
“Muchas veces me iba con las manos vacías”
En otras ocasiones, las dificultades aparecen no tanto a la hora de decir los nombres de los futbolistas, sino en el momento de comunicarse con ellos. Djamel Djabali, primer corresponsal que aterrizó en Europa en 2003 con la misión de cubrir el deporte rey para la cadena Al Jazeera Sport (ahora BEIN Sports), cuenta que al principio sufría en las zonas mixtas. “Siempre buscaba alguien que hablara inglés o francés y muchas veces me iba con las manos vacías. Recuerdo que el primero que me atendió fue Ronaldinho, en un partido en Anoeta, porque antes había jugado en el Paris Saint-Germain. El segundo que pesqué fue a Pablo Alfaro, del Sevilla. Todo un caballero que hablaba un inglés perfecto”, relata este veterano periodista argelino, que en más de 30 años de profesión ha cubierto eventos de la talla de los Juegos Olímpicos o la Copas del Mundo.
“Llevo 17 años viviendo en Madrid y cuando llegué me matriculé en la Escuela Oficial de Idiomas. Pero como siempre estuve viajando, de arriba a abajo, me costaba mucho seguir el ritmo de las clases. Al final aprendí el idioma por mi cuenta, leyendo periódicos, escuchando la radio, hablando con la gente por la calle…”, añade el encargado de narrar en árabe los partidos del Real Madrid para 23 países del norte de África y Oriente Medio, con una audiencia potencial de 150 millones de telespectadores.
El interés por España y su cultura también ha sido de ayuda para ejercer el oficio e interesarse por LaLiga Santander. Martin Gottschalk estudió y vivió en Barcelona en 2014, “el año del fichaje de Luis Suárez”, recuerda, para volver cinco años más tarde como uno de los enviados de la danesa TV 2 para contar a sus compatriotas la emoción de ElClásico. “Tengo el privilegio de transmitir grandes emociones. Es una gran responsabilidad, pero también un trabajo muy divertido porque nunca sabes qué va a pasar”, explica este profesional del micrófono que empezó a narrar partidos de LaLiga Santander en 2019.
Una pasión compartida con Miguel Ángel Román, que por empeñarse con la correcta pronunciación del exsevillista Grzegorz Krychowiak fue a contracorriente de un país entero. “Aquí todos se acostumbraron a la ch española, pero en polaco esas letras suenan como una jota. Era el único que lo hacía, pero insistí hasta el final”.
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