Junto al “Stop inventing” de Carlos Sainz, la imagen de Mattia Binotto levantándole un dedo a Charles Leclerc fue de lo más viral del pasado GP de Gran Bretaña de F1. Y unos días después, en el GP de Austria, después de que Mattia Binotto calmara las cosas con su piloto monegasco con una cena en Montecarlo, Charles reveló qué le dijo el ingeniero de origen suizo en aquella tensa charla tras la carrera.
Mattia había dicho que tan solo le había pedido a Leclerc que se calmara, pero Charles dio más detalles: “Estaba enfadado conmigo porque estaba demasiado deprimido, por lo que estaba tratando de animarme. Y todos se preguntaban por qué estaba poniendo el dedo así (le estaba como avisando con el dedo levantado), pero creo que estaba frustrado de verme tan deprimido después de una gran carrera”.
“Por otro lado, obviamente es comprensible. Entendió mi decepción: liderar la carrera y terminar cuarto… Tenemos que asegurarnos de que este tipo de cosas no nos pasen demasiado en la temporada”, agregó Charles, quien desatacó que estaba más decepcionado por el hecho de haber perdido muchos puntos en acciones desafortunadas de estrategia de equipo como en Silverstone o Mónaco, o en problemas de fiabilidad como Barcelona o Bakú.
A ello, hay que sumarle la penalización por cambio de elementos de motor en Canadá, lo que le hizo sumar 5 carreras de pura mala suerte, pasando de estar liderando el Mundial con una importante ventaja, a ocupar la tercera plaza a 43 puntos del líder Verstappen.
“Para mí, es más la acumulación de las últimas cinco carreras, es difícil de asimilar. Entre los problemas de fiabilidad y otros problemas, no he estado en el podio. No es fácil, pero estoy tan motivado como antes. Eso no cambia y llego con la confianza plena de que puede ser un gran fin de semana. Sigo creyendo, tanto como antes, en el Mundial”, expresó ‘Il Principino’.