Charles Leclerc avisaba tras ser séptimo en la clasificación del
GP de Austria de F1 2020
este sábado que no esperaba tener un buen día este domingo. Pero cuando la locura se apodera de una carrera, todo puede suceder, y es así como pasó de los lamentos del equipo por su pobre rendimiento, a celebrar un podio inesperado en el Red Bull Ring que logró aprovechando cada una de las oportunidades que le brindó una cita absolutamente impredecible.
“No lo esperaba para nada. Ha sido una grandísima sorpresa. Lo hemos hecho todo perfectamente para poder terminar segundos. Hemos tenido algo de suerte con la penalización de Lewis (Hamilton, sancionado con 5 segundos por tocar a Albon) y algunos choques aquí y allá pero son parte de las carreras”, expresó feliz el piloto de 22 años.
“Ese era el objetivo, aprovechar todas las oportunidades que hemos tenido, y a pesar de no tener el ritmo para terminar donde lo hemos hecho, estoy extremamente satisfecho, pero nos queda mucho trabajo por delante”, añadió, sin olvidarse de la cruda realidad de Ferrari, su pobre rendimiento en comparación a Mercedes y Red Bull, y es que de no haber sido por los accidentes, abandonos y sanciones que hubo en carrera, el monegasco hubiera estado muy lejos de esta segunda posición.
“Estamos muy lejos, no estamos donde queremos y cualquier cosa es posible, así que hay que mantener la fortaleza mental y trabajar como equipo para volver, aunque nos llevará tiempo”, añadió, consciente de que el equipo tiene previsto llevar a la tercera carrera del año en Hungría una gran evolución, con un cambio total de idea de coche, en el que en Maranello están trabajando desde que tras los test tuvieron que cambiar el plan de desarrollo.
El coche con el que compitió hoy Leclerc es el mismo que evidenció grandes problemas de rendimiento en los pasados test de Barcelona y con este mismo monoplaza, el más lento en recta en clasificación este fin de semana, deberá pelear de nuevo la semana que viene en el mismo trazado de Spielberg.
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