Charles Leclerc tenía claro que iba a arriesgar al máximo. En su casa, en las calles en las que tantas veces ha soñado con ganar en el cockpit de un F1 y en las que tantas veces ha visto a los imponentes coches del ‘Gran Circo’ desde un balcón, no había duda de que iba a darlo todo. Sabía que podía hacer la pole y no se iba a dejar ni un solo centímetro de circuito por descubrir. Al volante de un Ferrari que podía exprimir al máximo sus grandes fortalezas de este año, su velocidad, agarre y tracción en curva lenta, en un circuito que le va como un traje a medida al coche rojo, Charles no se iba a dejar nada. Era ‘suero o champagne’, como se suele decir. Apuesta única en el Casino de Montecarlo: “Todo al rojo”, color de un Ferrari que en Mónaco sabía que tenía su mayor oportunidad de la temporada para ganar con Leclerc y Sainz inspiradísimos durante todo el fin de semana. Le salió bien en su primer intento de Q3 a Leclerc en la sesión de clasificación del GP de Mónaco de F1, logrando el mejor crono por delante de Verstappen (segundo a 0”230), superando a Bottas (3º) por 0”255 y a su compañero Sainz (4º) por 0”265.
La clasificación del GP de Mónaco en imágenes
Quedaba un último intento final y la batalla estaba más apretada que nunca. La pole para Ferrari estaba a tocar. Charles sabía que sus rivales, incluido un gran Sainz, irían a por él. Debía volver a arriesgar, pero lo hizo tanto que acabó contra el muro de la segunda variante de la piscina tras tocar las barreras interiores. Iba al límite y se le fue de las manos. Pero podía hacerlo. i le hubiera pasado en el primer intento, habría salido décimo. Pero podía hacerlo porque ya tenía el pan debajo del brazo. Se lanzó a la piscina, nunca mejor dicho, sabiendo que estaba llena de agua. Su accidente impidió que el resto pudieran mejorar su tiempo. La pole era suya, al más puro estilo ‘aparcamiento’ de Michael en Mónaco. Pero en esta ocasión, el incidente del monegasco fue totalmente sin querer. Quería la pole, y aunque no pudo devolver su monoplaza intacto a boxes, logró su propósito.
Pendientes de la caja de cambios de Leclerc
Eso sí, no lo celebró a lo grande ya que es consciente de que deberá esperar para ello. “Estoy preocupado por la caja de cambios. A primera vista desde la pista no tenía buena pinta”, decía el monegasco. Si estuviera dañada por el impacto y tuviera que cambiarla, recibiría 5 puestos de penalización y Sainz arrancaría 3º
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La sesión de clasificación fue una auténtica locura. Con los Ferrari a un gran nivel, Verstappen se presentó a la cita con mucha garra. Se tuvo que conformar con ser segundo, aunque posiblemente podía optar a más, ya que en el momento del incidente de Charles había marcado el récord en el primer sector. Pero tuvo que aflojar. Tampoco faltó en la pelea Mercedes, desaparecido en combate durante todo el fin de semana. Pero el piloto que llevaba la ‘flecha negra’ no era el de siempre. Bottas le comió la tostada a un Hamilton que no se sintió para nada cómodo en toda la sesión, incapaz de sacar su mejor versión en un trazado de puras manos y en el que era importantísimo calentar bien las gomas.
Sainz, a 35 milésimas del segundo
Lo hizo muy bien Carlos Sainz, aunque seguro que al ver a su compañero Charles en lo más alto, la cuarta posición final supo a poco. Especialmente después de estar a un altísimo nivel en toda la clasificación. De hecho, en el primer intento de Q3, Sainz había marcado el tercer mejor crono, pero Valtteri, un poco más tarde, le arrebató esa plaza por escasas 10 milésimas. Golpe duro para Carlos, que saliendo tercero sabía que tenía más del 90% del podio en sus manos. Y es que en Mónaco, la clasificación es más crucial que nunca ya que adelantar en pista es muy complejo. Lo tendrá que intentar Sainz en la salida, uno de los puntos que más le está costando en su proceso de adaptación a Ferrari para llegar al nivel excelso de arranques de McLaren.
Será la mejor posición de parrilla para Sainz en el Principado, pero Carlos mostraba su enorme “rabia” tras la ‘qualy’ por quedarse con las ganas de poder realizar su último intento de Q3 y luchar por la pole. “¿Segunda fila? No importa. Estoy muy cabreado”, decía el madrileño, muy enfadado al saber que no tuvo la oportunidad de pelear por una pole que era posible, o sin duda, un mejor resultado. Y es que a penas 35 milésimas le separaron de la segunda posición.
Alonso, 17º
En la quinta posición finalizó un gran Lando Norris, maximizando sus opciones con un McLaren con el que Daniel Ricciardo solo pudo ser 12º. El australiano es solo un ejemplo de lo mucho que están sufriendo todos los pilotos que han cambiado de equipo este curso. También lo es Pérez, que fue 9º, lejos de la posición que debería ocupar después de tener mucho tráfico en sus giros y no poder mejorar en su último intento por la bandera roja de Leclerc.
En ese aspecto, hay que destacar el resurgir de Vettel, que fue 9º al colarse en Q3 con un Aston Martin con el que Stroll fue 13º. En esa pelea por adaptarse a su monoplaza, Fernando
Alonso fue otro de los que más sufrió en las calles del Principado, de nuevo, lejos de su mejor nivel a un giro. Le perjudicó el tráfico al ovetense, que arrancará 17º, muy atrás, mientras que su compañero Ocon pudo ser 11º.
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