Leila se ha marchado del Barça en silencio, con excesiva discreción tras 13 temporadas en el club al que llegó con apenas 13 años y donde se formó en las categorías inferiores hasta alcanzar el primer equipo.
Con un comunicado en sus redes sociales (“Me voy habiéndolo ganado todo con esta camiseta”) y un emotivo video elaborado por el Barça en el que se derrite entre lágrimas, los aficionados culés han visto esfumarse a una de sus jugadoras favoritas sin haber tenido ocasión de rendirle un más que merecido homenaje, ni siquiera un aplauso unánime, como reconocimiento a su trayectoria y dedicación como azulgrana.
Sinceramente, Leila podría haber tenido una despedida en el Johan con el calor de su afición y no un video de seis minutos y medio. La catalana no se ha ido de forma improvisada sino que el club sabía con antelación de su marcha.
Algunos seguidores no han ocultado su disgusto por no haberle podido dar una despedida en condiciones. Una lástima que no se cuiden estos detalles.