Lejos de terminar, aumentará batalla global por mascarillas y desinfectante

El regreso al trabajo aumentará demanda de aditamentos de protección y medicamentos, para lo que ni Estados Unidos está preparado y ya es motivo de barreras comerciales.

Por Zacarías Ramírez

Estados Unidos no está preparado para la demanda pronta y constante de equipo de protección personal que harán las industrias de ese país conforme los estados reabran sus economías, reconoció la Asociación Nacional de Manufactureros (NAM, por sus siglas en inglés), que presentó el Plan Nacional de Acción para la Renovación.

“Esta crisis nunca antes vista ha generado una demanda sin precedentes de equipo personal de protección que nuestro país penosamente no está preparado para satisfacer (…), los manufactureros debemos ser capaces de proyectar la producción de estos equipos de forma histórica para que el país esté listo y bien suministrado”, señala el organismo, que aglutina a poderosas asociaciones de fabricantes y compañías como General Motors, Exxon Mobil, Microsoft, Boeing, Caterpillar, Goodyear Tire & Rubber, Rockwell Automation, Toyota Motor Norteamérica, Likeside Foods, Archer Daniels Midland, Johnson y Johnson, McCormick, ConocoPhillips, Schneider Electric, entre muchas otras.

A medida que se vislumbra el momento en que los trabajadores salgan de sus casas para ir a sus oficinas y fábricas y poner en movimiento las líneas de producción, queda claro que serán necesarios millones de equipos de protección personal y medicamentos para lidiar con un virus que seguirá al acecho, y que ante su escasez los países ya levantan barreras comerciales para asegurarse el abasto dentro de sus fronteras.

En su propuesta de Plan de Acción, la NAM dice que el Congreso y gobierno de Estados Unidos deben proveer financiamiento directo e incentivos para los manufactureros domésticos que reorientan su producción hacia la fabricación de equipo de protección, además de tomar medidas necesarias para ampliar la capacidad de carga, sobre todo de insumos médicos, ingredientes activos, materias primas, y crear inventarios de componentes.

“La Estrategia Nacional de Reserva debe ser reabastecer con equipo apropiado de protección y suministros médicos”, señala el documento, fechado el 18 de abril.

El poderoso gremio de las corporaciones manufactureras también indicó que la Casa Blanca, el Representante Comercial, el Departamento de Estado y el Departamento de Comercio deben asegurar una robusta coordinación con los gobiernos extranjeros para la implementación de una guía de negocios alrededor del mundo, mientras garantizan la seguridad de los empleados de las compañías estadounidenses alrededor del mundo.

Esta propuesta enmarca la carta que la NAM envió al Presidente Andrés Manuel López Obrador el 15 de abril, tres días antes de que dieran a conocer su Plan de Acción, para urgir al gobierno mexicano a que defina qué fabricantes de componentes en territorio mexicano son esenciales y críticos en esta emergencia sanitaria y, por tanto, deben seguir operando a fin de que la cadena de suministro en Norteamérica se mantenga activa en este periodo crítico.

El propio López Obrador había pedido el 25 de marzo, en el marco de la telerreunión del G-20, que la ONU sea la que controle todo lo relacionado con el comercio de medicamentos y equipos.

“Hay escasez y, al mismo tiempo, hay acaparamiento de los que tienen más posibilidades económicas y tiene que darse un trato humanitario, no lucrativo”.

La evidencia del tamaño de la batalla la dio la Organización Mundial de Comercio (OMC) el jueves con una investigación que constata que 80 países y territorios aduaneros han introducido prohibiciones y restricciones a la exportación de dispositivos médicos como mascarillas, productos farmacéuticos, ventiladores y otros equipos.

“Una complicación adicional (a las producidas por la pandemia de Covid-19) es el crecimiento del número de prohibiciones y restricciones que algunos miembros de la OMC están aplicando para mitigar la escasez al interior de sus países”, señala el documento.

Aunque solo un puñado de notificaciones fueron emitidas en marzo, cuando las nuevas prohibiciones y restricciones comenzaron a implementarse, su número se ha incrementado considerablemente desde el inicio de abril. A la fecha, 13 miembros (de 39 si los países de la UE se contabilizan individualmente) han notificado la aplicación de restricciones como resultado de la pandemia de Covid-19: Albania, Australia, Bangladesh, Colombia, Costa Rica, Egipto, Unión Europea, Georgia, Israel, Corea del Norte, Kyrgyz, Macedonia del Norte, Tailandia y Ucrania.

 

 

Covid-19, el vecino incómodo

La urgencia de reactivar los negocios y la economía lleva a los industriales a asumir que la convivencia con el coronavirus es inevitable, y que lo mejor es saber qué se necesitará para cuando llegue la reapertura.

La NAM propone reforzar la producción de bienes esenciales para que los trabajadores fuera y dentro de sus lugares de trabajo tengan la confianza de que las precauciones necesarias fueron tomadas y que el Congreso de Estados Unidos asegure los fondos necesarios para que las pruebas de Covid-19 estén disponibles para que los estadounidenses puedan regresar con seguridad al trabajo.

Dice también que la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) debe implementar una guía para que las empresas chequen la temperatura de los trabajadores y las pruebas de Covid-19, al tiempo que los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, la Administración para la Ocupación Segura y Saludable, y el Departamento del Trabajo deben publicar la guía “Regreso al trabajo” que clasifique y defina la higiene apropiada, los procesos de sanitización y las prácticas que los empleadores deben seguir.

La NAM indica también que el Departamento del Trabajo debe proveer a los empleadores la flexibilidad para modificar itinerarios y crear nuevos calendarios de trabajo para reducir el riesgo de expansión del coronavirus, mientras que el Congreso tiene que crear incentivos fiscales para los empleadores que vierten en equipo de seguridad, incluyendo estaciones de lavado de manos, equipo de respiración y productos de limpieza.

“El camino por delante no es fácil. Sacar a nuestra economía de 22 billones de dólares del coma inducido es una tarea hercúlea para la posteridad”, dice el Plan de Acción del organismo.




Source link