‘Leo’, el perro que sobrevivió a un parricidio


Leo es (supuestamente) un perro heroico. En Vallobín, un barrio de Oviedo, un hombre mató a su madre, de casi 90 años, a puñaladas. La mujer tenía un pequeño perro que le hacía compañía hace tiempo y que (se supone), pese a su breve tamaño y poca fuerza, trató de defenderla del agresor. Leo tiene 10 años y pesa entre 5 y 6 kilos. Así, en la refriega, a mediados de diciembre, recibió varias puñaladas y diferentes golpes. “Tenía hasta un ojo fuera, que afortunadamente le consiguieron recolocar”, cuenta el veterinario Luis Bernardo, presidente de la ONG Mundo Vivo. El propio asesino llamó a la policía y se entregó sin oponer resistencia. Leo es un perro que sobrevivió a un parricidio.

Ahora Leo es también objeto de polémica: está acogido por Mundo Vivo, pero el albergue de animales de Oviedo, dependiente del Ayuntamiento, que acaba de pasar por un polémico cambio de gestión, lo reclama, pues asegura que salió de las instalaciones de forma irregular. Mundo Vivo, junto con otras ONG, se dedican habitualmente a retirar del albergue a los perros más viejos o enfermos que, consideran, no pueden soportar las condiciones del centro.

La anterior responsable, Eva Rodríguez, también miembro de la protectora Adoptastur (que ha sido despedida nada más llegar por la nueva gestión), asegura que Leo llegó el día 18 de diciembre y que fue dado a Mundo Vivo ocho días después, conforme al reglamento y antes de que entrara el nuevo gestor. Las asociaciones, muchas de las cuales no son partidarias de la nueva dirección, de la que denuncian malas prácticas, también denuncian que ese cambio a los mandos del albergue se haya producido por cesión y no por concurso público. “El Ayuntamiento no se ha ocupado de este caso”, se queja Rodríguez. La propuesta de cesión fue, de hecho, aprobada en noviembre en el pleno municipal por unanimidad, pero como un tema menor. Probablemente nadie imaginaba la controversia que se iba a generar.

Desde el albergue niegan la mayor: “Nosotros defendemos la legalidad, somos meros custodios, y se nos pone a la opinión pública en contra”, dice Juan González, del Centro Canino La Ería, gestor del albergue desde el 1 de enero. “Leo fue sustraído irregularmente, sin permiso: ya hemos puesto una denuncia en el juzgado de Oviedo”, afirma. La Clínica Quirós, anterior gestora, no quiso prorrogar su gestión del albergue, después de cuatro años, al ser comprada por un fondo de inversión británico. “Preferimos homogeneizar, dedicarnos al negocio típico y no al atípico”, según señala el veterinario Pedro González-Quirós. Las instituciones financieras suelen buscar la máxima rentabilidad.

La nueva gestión recibe críticas de los sectores animalistas: temen que haya un retroceso, que haya sacrificios, que se paralicen el voluntariado y las adopciones, que no haya transparencia, que las mejoras realizadas los últimos años se vayan al traste. Reivindican la gestión de Eva Rodríguez. La Plataforma Ciudadana Pro Animales de Oviedo ha realizado algunas manifestaciones, reuniendo hasta a 47 organizaciones de la región. Hay quien ha hablado de la “guerra del albergue”. Se quejan también de que, por falta de solvencia financiera, protectoras y asociaciones no puedan acceder a la gestión de este centro. Todo envuelto en el clima pasional que rodea a las cuestiones de la protección animal.

El Ayuntamiento está decidido a deshacer el entuerto: “Queremos que el albergue siga funcionando como venía haciendo. Con el compromiso de sacrificio cero, la entrada de voluntarios para cuidado de los animales y la realización de actividades, y la posibilidad de adopción internacional”, explican fuentes municipales del entorno de Nacho Cuesta, teniente de alcalde y concejal de Urbanismo e Infraestructuras (de Ciudadanos, que gobierna en coalición con el Partido Popular). Están abiertos a escuchar las demandas de las protectoras para que en una nueva licitación también puedan presentarse a la gestión del albergue. Otra de sus propuestas es hacer una reforma integral en las instalaciones “que las conviertan en un referente en España”.

Y en mitad de todo este lío está Leo, el perro más deseado, el perrito (supuestamente) heroico que vive a sus cosas, tratando de rehacer su vida perruna. Llegó muerto de miedo, pero ahora es muy juguetón y un poco “cochino”. Tiene miedo a los varones, no es para menos después de lo que ha pasado, pero está muy apegado a las mujeres, como lo estaba a aquella señora que le trataba tan bien hasta que fue asesinada.

“Cuando otros perros vienen a pedir cariños a Marta”, explica el veterinario Bernardo, “que es con quien Leo tiene vínculo ahora, él va para allá enseguida a echarles. Quiere estar solo él: es dependiente de ella y dominante con los otros”. Ahora que Leo es famoso tiene muchas familias detrás: “Muchos se han interesado por él”, dice el veterinario, “yo les digo que tenemos otros 300 perros en adopción además de Leo. Tiene que estar con una familia que quiera a un perro, a secas, no a un perro mediático”. Eso sí, no planean devolverlo al albergue.


Source link