Frente a Portugal cazó un disparo desde el balcón del área que hizo tiritar al larguero. “Tenía que apuntar un poco más abajo”, se lamentó Leon Goretzka (Bochum, Alemania; 26 años); “pero llegará un partido en el que necesitaremos el gol con más urgencia y espero poder hacerlo”. Y así fue ante Hungría, un empate redentor que le valió a Alemania para llegar a octavos, ahora contra Inglaterra. Por lo que Löw, escaso de rematadores porque juega sin un delantero centro al uso —lo hace Gnabry, seco hasta ahora—, podría incluir al medio en el once, también porque Gündogan se perdió un par de entrenamientos por una contusión en la cabeza. “Lo veo de titular el resto del torneo, aporta lo que falta con su dinámica y presencia física”, defiende Michael Ballack, exjugador con el que le comparan su fútbol físico y de llegada.
Además de salvador, el gol de Goretzka fue reivindicativo, pues trazó con las manos un corazón. Gesto que recogió después en las redes sociales con el comentario adjunto de “Esparce el amor” y una bandera del arcoíris. El mensaje hacía referencia al veto de la UEFA —prohibió al Allianz lucir los colores del colectivo LGTBI en sus rótulos exteriores al considerar que había un fondo político— y hacia Hungría, que aprobó recientemente leyes contra la homofobia. Goretzka lo tiene claro: “Fritz Walter [legendario exfutbolista que fue paracaidista y prisionero en la Segunda Guerra Mundial] dijo una vez que todos los jugadores nacionales son cancilleres en pantalones cortos. Es una gran frase; los futbolistas debemos aprovechar la gran atención que recibimos para generar conciencia en este tipo de temas”.
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Es posible que al pequeño Leon se le despertara la conciencia cuando apenas contaba 13 años y recorrió de la mano de su padre y su tío un campo de concentración nazi. “Vi fotos en las paredes y salimos al patio, donde reconocí algunos lugares de las imágenes. Entonces me puse a llorar. Visitar un campo de concentración debería ser una actividad obligatoria para todos”, expone Goretzka. Un tema sensible que también utilizó para criticar al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que durante la pandemia quitó importancia a la covid y al Holocausto. “No son una alternativa; son una vergüenza para Alemania”, resolvió el futbolista en una entrevista para el dominical Welt am Sonntag; “tenemos que dejar claro que vivimos en una democracia que no debe ser dañada por nadie ni nada”.
Durante el confinamiento, Goretzka no perdió el tiempo al hacer series interminables de pesas. Cuidarse es una condición que se impuso desde pequeño, desde que le diagnosticaron una inflamación intestinal crónica que le hacía recuperarse peor tras los encuentros. Así, dejó de comer alimentos con gluten, leche de vaca, cerdo y nueces. “Todo se acordó con los entrenadores del Bayern, porque hay que tener cuidado de no perder la aceleración. Pero creo que encontré una buena mezcla”, reveló Goretzka tras un cambio físico visible.
Aunque el trabajo casi se le va al traste a inicios de mayo, cuando tuvo una rotura fibrilar que le hizo perderse los últimos amistosos de la selección, también participar del primer duelo de la Euro. Frente a Inglaterra, sin embargo, sí puede salir de inicio y mejorar esos 49 minutos que suma en el torneo. Alemania le espera. Él, también aguarda su turno: “Si se me permite jugar por nuestro país, quiero jugar por nuestros valores y constitución, no por un país que no ha prestado atención en la historia”.
No le va mal por ahora, con 14 goles y cuatro asistencias en 34 duelos con la Mannschaft. Números golosos para sus pretendientes, sabedores de que acaba contrato con el Bayern en 2022. Pero eso ahora no le preocupa, centrado como está en Inglaterra.
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