Una entrada de rutina en un juego de la NFL casi se vuelve fatal cuando Damar Hamlin de los Buffalo Bills se lesionó tras un golpe, lo que le provocó un paro cardíaco.
Después de levantarse brevemente después del golpe, Hamlin colapsó repentinamente. En cuestión de segundos, el estadio pasó de tener una multitud ruidosa al silencio, mientras Hamlin yacía inconsciente en el suelo, lo que requirió una desfibrilación externa inmediata para reiniciar su corazón.
Esto parece tener todas las características de commotio cordis. El director médico de la NFL dijo que es una posibilidad, pero los médicos están investigando todas las causas posibles.
Commotio cordis es el resultado de un traumatismo cerrado en el corazón y es una de las principales causas de muerte súbita cardíaca en los deportes juveniles. Los golpes fatales al corazón ocurren predominantemente en atletas jóvenes con una edad promedio de 13 años.
Commotio cordis hace que el corazón entre en fibrilación ventricular, lo que lleva a una falla del bombeo de la sangre. Aunque es raro, esta condición es fatal a menos que se lleve a cabo una reanimación inmediata. Actualmente, la commotio cordis todavía ocurre a pesar del uso de protección para el pecho.
Como estudiante de doctorado en ingeniería biomédica, me especializo en commotio cordis. Mis colegas y yo investigamos cómo podemos crear protectores de pecho más seguros y normas de seguridad para evitar que este trágico incidente ocurra en los deportes a nivel mundial.
Si bien la commotio cordis ocurre predominantemente en los deportes juveniles, puede ocurrir en todas las edades. Las tasas de supervivencia han aumentado a lo largo de los años, pero sigue siendo mortal.
Estudios previos en modelos porcinos establecieron una serie de condiciones que deben cumplirse simultáneamente para que ocurra la commotio cordis:
-El impacto debe ocurrir sobre o alrededor del corazón
-la velocidad de impacto varía de 48 a 80 kilómetros por hora (30 a 50 mph), y
-el impacto ocurre durante el período vulnerable del ciclo cardíaco, que dura aproximadamente 20 milisegundos, justo antes del pico de la onda T en un electrocardiograma.
El único tratamiento conocido es la desfibrilación inmediata, y cuanto más rápido se pueda reiniciar eléctricamente el corazón de un atleta, mayores serán las posibilidades de supervivencia.
En 2021, nuestro grupo de laboratorio desarrolló nuevas métricas de lesiones para la seguridad de commotio cordis que proporcionaron el análisis de la medición de la deformación de la caja torácica por impacto.
El Comité Operativo Nacional de Estándares para Equipos Atléticos (NOCSAE) ha establecido protocolos de seguridad para protectores de pecho para prevenir este mal, y aunque no son perfectos, existen para béisbol y lacrosse. Desafortunadamente, estas regulaciones están ausentes tanto para el hockey como para el fútbol americano.
Se necesitan con urgencia para evitar que ocurran incidentes en todos los niveles del deporte, y nuestro laboratorio continúa persiguiendo estos objetivos de seguridad para todos. Creemos que, además de medir la fuerza del impacto, la inclusión de la deformación de las costillas mejoraría en gran medida la precisión y la eficacia de estas métricas de lesiones. También creemos que la inclusión del hockey y el fútbol en los estándares de seguridad de commotio cordis ayudaría a prevenir estas lesiones.
Aprovechando nuestro estudio inicial de métricas de lesiones en 2021, nuestro laboratorio pudo identificar ubicaciones de impacto potencialmente vulnerables sobre el corazón que actualmente no se consideran un punto de énfasis en la protección pectoral comercialmente disponible en el mercado.
Usando simulaciones, pudimos recrear estas lesiones y diseñamos mapas de calor que superponen el pecho de las personas para resaltar realmente dónde pueden ocurrir los lugares más peligrosos. Descubrimos que los impactos ligeramente desplazados del corazón dieron como resultado altos valores de tensión de los elementos del tejido cardíaco.
Es importante tener en cuenta que esta ubicación queda expuesta con bastante facilidad por el movimiento atlético en el que el protector de pecho puede moverse sobre el cuerpo del atleta.
Recientemente, nuestro grupo de laboratorio colaboró con el laboratorio del cardiólogo Stephan Rohr en la Universidad de Berna en Suiza. Realizamos un estudio para identificar otras formas de optimizar los estándares de seguridad de commotio cordis, al tiempo que mejoramos las regulaciones actuales. Esta investigación se encuentra actualmente bajo revisión por pares.
Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que informa sobre los valores máximos de tensión que se puede esperar que ocurran al nivel del ventrículo izquierdo del corazón durante la commotio cordis, lo que induce impactos para diferentes grupos de edad. Los resultados de este estudio pueden contribuir a la comprensión de los mecanismos celulares responsables de la commotio cordis, junto con las normas de seguridad y equipamiento deportivo.
Nuestro grupo de laboratorio se compromete a garantizar que podamos reducir los casos de commotio cordis. Para hacer que los deportes sean más seguros para personas de todas las edades y evitar la trágica pérdida de atletas en nuestros campos de juego, seguiremos investigando los mecanismos fundamentales y desarrollando nuevas contramedidas.
Los eventos recientes pueden aumentar la conciencia sobre esta lesión rara pero grave y ayudar a promover mejoras en el equipo de protección en muchos deportes.
*The Conversation: Grant James Dickey, estudiante de Doctorado en Ingeniería Biomédica; Hao Jie Mao, profesor Western University; Kewei Bian, candidato a doctorado en la Western University; Sakib Ul Islam, candidato a doctor por la Western University.
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