Lilith Verstrynge, el cambio generacional de Podemos

Lilith Verstrynge (Madrid, 28 años) estudiaba Historia en París cuando estalló el 15-M. Las ansias por participar en aquel movimiento que convirtió el hartazgo de su generación en protesta y llenó las plazas de indignados la llevaron a impulsar desde Francia una modesta revista digital llamada Dispara. Colaboraban en ella integrantes de Juventud sin Futuro, uno de los colectivos que promovieron la rebelión pacífica y muchos de cuyos miembros se unieron a Podemos. La suya era entonces una contribución pequeña al movimiento, la primera de alguien que durante años había renegado de la política precisamente porque la tenía presente en casa, aunque siempre le atrajo.

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Hija del que fue secretario general de Alianza Popular, más tarde vinculado a la izquierda, el politólogo Jorge Verstrynge, y de la también política, periodista y activista por la vivienda Mercedes Revuelta de las Heras, en las últimas semanas Verstrynge ha dado un salto de gigante hacia la primera línea al ser nombrada secretaria de Organización de Podemos. En la nueva Ejecutiva de Ione Belarra y con la ministra de Igualdad, Irene Montero, tiene por delante la labor de hacer crecer un partido que ha perdido impulso y reforzar su estructura territorial, desarticulada en buena parte del Estado.

Desconocida hasta hace unas semanas, lleva más de un lustro vinculada a Podemos. Entró en contacto con la formación tiempo después de las elecciones europeas en las que la papeleta con el rostro impreso de Iglesias rompió todas las previsiones al lograr cinco escaños. Nunca había militado en un partido, sentía que no le representaban, y acudió a un par de asambleas en el círculo de París, donde terminaba un máster en Estudios Europeos y Relaciones Internacionales por la Universidad Sorbonne Nouvelle. No tenía claro si quería entrar en Podemos, pero pronto le encargaron que llevase la relación con los medios durante un evento para abordar la situación política en Europa. Su desempeño llamó la atención de la eurodiputada Tania González y le propuso realizar las prácticas de su máster en el Parlamento Europeo. Seis meses después, tras una caravana rural por pueblos de Asturias con la también diputada en Bruselas Estefanía Torres, y cuando ya había hecho las maletas y devuelto las llaves de casa, le ofrecieron un puesto como asistente parlamentaria.

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En 2016 vio la luz la revista digital francesa Le Vent Se Lève, un proyecto fundado por jóvenes voluntarios que su director Lenny Benbara compara con CTXT o Cuartopoder en España y del que Verstrynge acabó convertida en jefa de Política. Benbara destaca su capacidad para relacionarse con gente diferente, sin sectarismos, una cualidad que le será útil para conducir las negociaciones desde su nueva responsabilidad. Tras las europeas de 2019, pasó a formar parte del equipo de la eurodiputada Idoia Villanueva y, con el Gobierno de coalición, Iglesias recurrió a ella como asesora parlamentaria y de discurso en la Vicepresidencia Segunda. A pesar de que su padre, profesor de la Universidad Complutense, tenía relación con Iglesias o Monedero, su contacto con ellos había sido escaso en los primeros años.

Villanueva la describe como formada, reflexiva y eficiente. Alguien que “trabaja muy bien bajo presión, porque parece que no la siente”. Desde la III Asamblea de Podemos, en 2020, Verstrynge pasó a formar parte del Consejo Ciudadano y se convirtió en responsable de Transición Ecológica del partido. Con la salida de Iglesias del Ejecutivo, fue incluida en la lista del exvicepresidente a la Asamblea de Madrid en mayo, pero no obtuvo escaño. Discreta y tímida — aún predomina su perfil técnico—, aquella niña más interesada en el periodismo, la enseñanza o la interpretación (intervino en algún espacio en televisión) fue enfocando su carrera hacia el servicio público. Su atracción por la política había nacido en casa, pero fue en Francia donde pudo canalizar su vocación. En su trayectoria, Lilith Verstrynge, cuyo nombre fue elegido por su significado feminista —en la mitología hebrea Lilith es la primera mujer de Adán, que abandona el Paraíso—, reivindica la influencia de su madre, activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, a menudo en segundo plano. “Mi padre me ha ayudado más a pensar y mi madre a implicarme”, afirma. Sabía que el día en que la señalasen por ser “hija de” llegaría, pero no esperaba los bulos que algunos medios y usuarios de redes difundieron al poco de regresar a España, construyendo una biografía distorsionada que, como ocurre con muchas mujeres que destacan, solo se desmontan con tiempo y trabajo. Tras pasar por el Liceo Francés de Madrid, se tituló en Historia por la Universidad Denis Diderot (París) y en Estudios Europeos por la Sorbonne Nouvelle, y cursó un máster en la misma institución. Se formó, además, en el Instituto Republicano del Servicio Público, enfocado a cuadros políticos y alto funcionariado. Habla francés, inglés, alemán y algo de árabe.

Su elección al frente de la secretaría de Organización de Podemos representa un cambio generacional en la formación, que inaugura una etapa liderada, por primera vez, por mujeres. Pero más allá de apellidos, género o edad, solo el resultado de las próximas elecciones autonómicas y municipales en 2023 permitirá evaluar su desempeño en el cargo y también, el del resto de la dirección del partido.

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