Damian Lillard se apuntó a la fiebre anotadora de la temporada con una exhibición de récord, pero no inédita en lo que va de curso en la NBA. La estrella de los Portland Trail Blazers, con 71 puntos y 13 triples, firmó una de las mejores actuaciones anotadoras de la historia de la liga, una puntuación clavada a la que consiguió Donovan Mitchell con los Cleveland Cavaliers el pasado 2 de enero: ¡71 puntos! Se dice fácil y hasta lo parece en medio del frenesí anotador del año, pero se trata de la octava mejor marca anotadora individual de la competición en más de 75 años de historia.
Él, el hijo pródigo de una ciudad a la que ha renunciado abandonar a pesar de las penurias del equipo año tras año, es ya el octavo jugador que logra rebasar la barrera de los 70 puntos en la liga, otra leyenda entre leyendas.
A sus 32 años, el registro de Lillard tiene mucha miga. El base de la franquicia de Oregón es el jugador más veterano en sumar 70 o más puntos, el único en lograrlo con 30 o más años. Para el referente del equipo, el hito fue una concatenación de marcas individuales para el recuerdo. Con un triple a 4:42 de la conclusión de la victoria por 131-114 sobre los Houston Rockets, el base superó su propio récord anotador de la franquicia de 61 puntos, logrado en dos ocasiones. Ese tiro le permitió superar también su propio récord de triples en un partido (11) camino a los 13 que le dejaron a uno de la plusmarca de Klay Thompson de 2018 (14). Sus 13 dianas desde el perímetro igualan el segundo máximo registro de Steph Curry (2016) y Zach LaVine (2019), si bien nadie ha logrado marca similar a su edad.
“¡MVP, MVP!”, se pudo escuchar en el Moda Center de Portland durante los últimos minutos de la histórica noche en Oregón. Lillard se retiró con 44 segundos en el reloj y empatado con Mitchell, Elgin Baylor (1960) y David Robinson (1994) en el octavo peldaño de anotación individual de todos los tiempos. La ovación estuvo a la altura de la ocasión. El récord de 100 puntos de Wilt Chamberlain permanece inmóvil desde 1962, y quien más se acercó en su momento fue Kobe Bryant con sus 81 puntos en 2006. Solo estos dos últimos tótems de la competición han sumado más de cinco partidos de 60 o más puntos, los que ya tiene Lillard en su trayectoria. Este año, el base ha sumado 12 partidos de 40 o más puntos -por delante de Doncic y Anteto, con 11- y ocho de ellos han llegado desde el Año Nuevo.
“Madre mía, ha sido una locura. Nunca he visto algo así antes. No me gustaría estar al otro lado, porque poca cosa puedes hacer”, valoró un Chauncey Billups impresionado. “Ha habido partidos este año, sin llegar a una actuación de este calado, donde lo he intentado de todas las maneras en defensa y no ha habido manera. No querría estar en ese lado, pero en este ha sido divertido, una obra de arte”, añadió el técnico. Su pupilo dejó la siguiente hoja estadística para el recuerdo: 71 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias en 39 minutos de juego (22-38 TC; 13-22 3P; 14-14 TL). Al descanso eran 41, también récord personal, y al inicio del último cuarto 50.
“Mi madre me ha llamado y me ha dicho ‘Dame ha igualado tú récord… ahora debes conseguir 72”, bromeó Mitchell, el otro plusmarquista de la temporada con los Cleveland Cavaliers, en Twitter. Lillard hizo un análisis bastante terrenal de su impresionante registro. “Nos quedan 22, 23 partidos. Necesitamos ganar tantos como podamos. Estando cortos de efectivos, sabiendo que es un esfuerzo de equipo, quise salir con todo, dar lo mejor de mí y ser agresivo”, comentó durante la retransmisión de NBA TV. “Hago lo que puedo para conseguir victorias, y eso fue todo lo que ocurrió esta noche. Me puse en modo ataque, me encontré cómodo y me mantuve agresivo”, añadió.
Los compañeros ‘enfrían’ a Dame Lillard tras sus 71 puntos
El partido estuvo dominado por la exhibición del base, que con 16 puntos dio una ligera ventaja de 31-30 a los suyos tras el primer período. Al descanso, el estallido del jugador, que sumó 25 puntos más, amplió notablemente la ventaja a 73-58. Los Rockets no bajaron los brazos y amenazaron la gesta al acercarse en el último período. Le quedaba pólvora al base local y eso terminó de matar un partido en que el segundo máximo anotador de los vencedores fue Jerami Grant con 13 puntos.
A pesar de la individualidad del registro, Lillard aseguró en rueda de prensa, ya más sosegado, que el asunto fue mucho más colectivo de lo que los números transmiten. “Cuando plantean una defensa así debes confiar en tus compañeros”, explicó sobre los dos contra uno constantes. La buena disposición del resto de jugadores sobre la pista, que anotaron las que debió soltar el base, dieron rienda suelta a su exhibición. “Cuando le muestras a un equipo que la soltarás…”, afirmó.
Control antidoping como Mitchell
Al igual que le pasó a Donovan Mitchell a principios de año, a Damian Lillard le tocó pasar una prueba antidopaje justo después de su exhibición de 71 puntos. Era la primera vez que se la hacían después de un partido y se mostró algo contrariado ya que no es muy aficionado a las agujas. Fue un día distinto para el jugador, que ofreció a la afición su título de campeón del concurso de triples del All Star y lo celebró con 13 dianas de impacto en el partido. Como contó Casey Holdahl, reportero de NBA.com, Dame no tuvo un día muy bueno hasta la hora del encuentro. Se equivocó con varias rutinas de preparación, se confundió con los horarios y se dejó el trofeo del fin de semana de las estrellas en casa… y a pesar de todo enchufó 71 puntos.
Las dudas de los Rockets en defensa, lógicas como ya constató Billpus desde el banquillo local, permitieron apretar al base en el tramo final. “Fui paciente, no pensé en ir a por 70 puntos ni nada. Yo jugué para mantener el liderato, no para anotar tantos puntos. Acepté el dos contra uno y cuando ellos volvieron a la defensa individual pude volver a atacarles”, constató.
Por parte de Houston, Alperen Sengun, con 17 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias, fue el jugador más destacado. El madrileño Usman Garuba, con 3 puntos y un rebote, contó con tan solo 8 minutos de juego.