Hasta el pasado sábado la alineación del Valencia eran ‘Mamardashvili, Lino y nueve más’ pero desde el choque ante el Osasuna ese axioma se ha visto a reducido a ‘Mamardashvili y diez más’ porque el extremo brasileño se quedó de inicio en le banquillo por primera vez esta campaña. Lo hizo justo antes de visitar el Metropolitano, la que es su casa, puesto que está cedido al club de Mestalla por el Atlético de Madrid.
Tras ponerse el peto de titular en la primera jornada ante el Girona, Lino fue fijo para Gennaro Gattuso, para Voro y también en los tres primeros encuentros de Rubén Baraja, que decidió darle un descanso ante el Osasuna aunque echó mano de él en la segunda parte, aún con empate a cero en el marcador. Fue de hecho su primer cambio y por tanto clave en el triunfo final.
Lino no sólo había sido titular hasta el sábado sino que ha sido una de las pocas alegrías de la temporada. Trabajador y con desborde ha sido una de las mejores armas del Valencia junto con los goles de un Edinson Cavani lastrado por las lesiones. Precisamente el gol ha sido lo único que le ha faltado al brasileño, que apenas ha hecho dos pese a los muchos minutos y oportunidades acumuladas.
El jugador brasileño llegó este mes de julio al Atlético, que pagó 6,5 millones por su traspasado pero que le buscó minutos al pensar Diego Simeone que no los iba a tener este año en el equipo. Su condición de extracomunitario tampoco jugó a su favor para quedarse en el Atlético.
El Valencia reconoció en su día que le gustaría poder quedarse con Lino pero tras no haber podido incluir una opción de compra en la operación debe negociar este verano con el Atlético en el caso de seguir interesado.