EL PAÍS

Líridas 2023: cómo ver la lluvia de estrellas en México este fin de semana

La noche del 22 de abril, el largo camino de la Tierra alrededor del Sol coincidirá con una densa nube de escombros cósmicos, polvo y rocas que alguna vez formaron parte del cometa C/1861 G1 Thatcher, cuyo viaje a través de los planetas interiores del Sistema Solar ocurre aproximadamente cada 415 años. Cuando estas partículas entran en contacto con la atmósfera terrestre, la resistencia del aire aumenta su temperatura hasta desintegrarse, provocando un destello fugaz que recorre el cielo nocturno en cuestión de segundos: se trata de las Líridas, la lluvia de estrellas más vistosa de la primavera.

A qué hora ver la lluvia de estrellas desde México

Las primeras Líridas aparecen tímidamente en el cielo nocturno a mediados de abril y alcanzan su pico máximo de intensidad una semana después. Este año, el mejor momento para ver la lluvia de estrellas será durante la madrugada del sábado 22 y domingo 23 de abril, cuando será posible observar hasta 20 meteoros por hora en condiciones ideales. A diferencia de las últimas lluvias de estrellas, las Líridas de 2023 coincidirán con la Luna nueva, un escenario inmejorable en busca de cielos oscuros donde disfrutar del espectáculo astronómico.

En México, las primeras Líridas aparecerán al caer la noche y serán más visibles durante la madrugada. El radiante, la región del cielo nocturno donde parecen originarse la mayoría de estrellas fugaces (y la que da nombre a esta lluvia de estrellas), se localiza en la constelación de Lira, en dirección al noreste. Sin embargo, no hace falta fijar la vista en un punto específico ni utilizar instrumento óptico alguno: a unos 47 kilómetros por segundo, las Líridas pueden aparecer en cualquier región de la bóveda celeste y recorrerla fugazmente antes de apagarse. De ahí que para cazar el máximo de meteoros, lo mejor sea encontrar una postura cómoda para levantar la vista sin forzar el cuello, con el campo de visión más amplio posible. Además de la paciencia, la oscuridad juega un papel clave en cualquier lluvia de estrellas. Si la observación tiene lugar desde un sitio libre de contaminación lumínica, preferentemente en un entorno rural, lejos de las grandes ciudades, las posibilidades de captar más estrellas fugaces aumentarán dramáticamente.

Aunque la NASA estima que la actividad máxima de este año no superará los 20 meteoros por hora, las Líridas son célebres por producir ráfagas sin previo aviso conocidas como tormentas de meteoros, que pueden aumentar exponencialmente el número de bólidos durante breves periodos en regiones específicas. Se trata de la lluvia de estrellas más antigua de la que se tiene registro. Mucho antes de que el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli concluyera que las lluvias de estrellas provenían de los restos de polvo cósmico de los cometas en 1866, las Líridas ya eran contempladas con asombro por un sinfín de culturas antiguas. Las crónicas del Zuo Zhuan, el libro chino que data del siglo IV a.C., recogen el relato del rey Zhuang sobre la forma en que “llovieron estrellas” durante la primavera del año 687 antes de nuestra era.

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