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Liz Cheney recrimina al liderazgo republicano antes de su previsible expulsión


WASHINGTON – La congresista estadounidense Liz Cheney, todavía número tres de los republicanos en la Cámara Baja, pronunció este martes su último discurso antes de su previsible purga del liderazgo el miércoles y criticó fuertemente a los dirigentes del partido y su fidelidad al anterior presidente, Donald Trump.

“No me quedaré sentada a mirar en silencio mientras otros llevan a nuestro partido por un camino que abandona el Estado de derecho y se unen a la cruzada del expresidente para socavar nuestra democracia”, dijo Cheney en el hemiciclo.

“Permanecer en silencio e ignorar la mentira envalentona al mentiroso”, añadió.

La legisladora, que es hija del exvicepresidente republicano Dick Cheney (2001-2009), defendió “decir la verdad” y sostuvo que “las elecciones de noviembre pasado no fueron robadas”, tal y como defienden Trump y sus partidarios.

También alertó de que Washington enfrenta “una amenaza como nunca antes”.

“Un expresidente que provocó un ataque violento en este Capitolio para robarse las elecciones ha seguido con sus agresivos esfuerzos para convencer a los estadounidenses de que le robaron las elecciones a él. Se arriesga a incitar más violencia”, afirmó.

Durante el gobierno de Trump se anunció que USCIS pediría información, incluyendo escaneos faciales y de iris, grabaciones de voz y, en algunos casos, el ADN de aquellos que solicitaran vivir o trabajar en el país.

Cheney constató que en sus esfuerzos de “socavar el proceso democrático” estadounidense, Trump ha “engañado” a millones de estadounidenses “que solo han escuchado sus palabras, pero no la verdad”.

El enfrentamiento de Cheney con Trump ha hecho que la legisladora pierda el apoyo del liderazgo republicano en el Congreso, que el miércoles pretende sacarla de su posición de poder y sustituirla en los próximos días por la congresista Elise Stefanik.

En un artículo publicado la semana pasada en The Washington Post, Cheney afirmó que seguirá defendiendo sus posiciones “sin importar las consecuencias políticas a corto plazo que pueda tener”, admitiendo su inevitable ruptura con la dirección del partido.

Tras apoyar en enero el “impeachment” contra Trump por el asalto al Congreso, Cheney enfrentó un voto de confianza dentro del partido que en ese momento superó con el apoyo del líder republicano en la Cámara Baja, Kevin McCarthy.

Sin embargo, Cheney ha perdido el apoyo de McCarthy en los últimos días por el constante enfrentamiento que mantiene con Trump, que además está maniobrando para que la congresista pierda también su escaño en las elecciones legislativas de 2022.


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