Liz Phair: “El mundo de la música sigue lleno de monstruos”

El pasado siempre vuelve cuando más lo necesitas. Esta parece ser la premisa del retorno de Liz Phair, icono del indie rock y autora de Exile in Guyville, un álbum debut fundamental que trata la experiencia femenina, el anhelo sexual y la crudeza de la juventud y que ahora se reedita para su 25º aniversario. Además, Phair, punta de lanza para una generación de compositoras del indie rock de los noventa, que incluyó también a PJ Harvey y Tori Amos, lo ofrecerá en vivo el próximo 31 de mayo en el Primavera Sound.

No estoy muy segura de que las canciones sexualmente explícitas sean útiles hoy en día

Sí, Exile in Guyville, disco confesional, femenino y feminista, ha cumplido ya 25 años. “Es de locos tocarlo en directo aún”, dice Phair (New Haven, 52 años) al teléfono. “Me resulta un poco triste que con el clima político que vivimos el tema del disco siga siendo relevante, pero algo ha cambiado. Cuando lo hice había muy pocas mujeres en la industria musical, especialmente en el indie rock”.

Años después, sigue sonando crudo y novedoso. Exile in Guyville fue importante porque lidiaba con la experiencia sexual de las mujeres. En Flower se decía “Quiero follarte como a un perro” y “ser tu reina de las mamadas”. Fuck and run trataba el sexo rápido y el anhelo de una relación. Aún así, Phair se resiste a cantar algunas de sus canciones. HWC, por ejemplo, y su estribillo “dame tu semen caliente”. “No estoy muy segura de que las canciones sexualmente explícitas sean útiles hoy en día”, explica. “Están escritas para provocar y esas letras tienen un toque de humor, pero con el paso del tiempo creo que no son tan provocadoras y tampoco revelan nada. Siento que los temas más explícitos debo tocarlos con menos frecuencia”.

Parece que nada ha cambiado, todo avanza muy despacio para las mujeres

¿Es eso lo que llaman corrección política? “No sé”, responde. “Creo que a día de hoy la provocación no debería tener que ver con la sexualidad femenina descarnada sino con nuestra profesionalidad. No sé si esa parte de mi catálogo nos está haciendo un favor”.

Phair matiza cada respuesta con la expresión “en el clima político que vivimos”. A ratos hace referencias al gobierno de Donald Trump, a la ultraderecha, al feminismo contemporáneo. Se palpa el pesimismo. “Parece que nada ha cambiado, todo avanza muy despacio para las mujeres”, dice.

La cantante, en 1993 en una imagen promocional.
La cantante, en 1993 en una imagen promocional.

Parte de su hastío tiene que ver con la industria musical. “En los noventa nos puso en categorías para asimilar esa oleada enorme de mujeres. Decían: ‘Vale, tú eres la rockera, tú la artista pop…’. ¡Solo dejaban que hubiera una en cada categoría! Me preocupa mucho que ahora, con una comunidad artística tan variada, se vuelva a intentar parcelar y crear categorías nicho”, analiza.

De ahí su defensa también en redes del trabajo de Alanis Morisette, que fue masacrado recientemente en algún medio online. “Cuando leo que no merecía el éxito que tuvo me indigna. Por supuesto lo mereció, como cualquier otro artista del momento. A los hombres no les examinamos con lupa mientras nos preguntamos: ‘¿Es esto suficientemente auténtico?’. El escrutinio de las mujeres se da por hecho”.

Aún así, Phair ve cambios. “Ahora las artistas esperan que sus carreras sean sólidas y largas”, dice. “Cuando las riot girls y yo empezamos no creíamos que fuéramos a durar. Éramos parte de un posicionamiento político, éramos artistas, pero todo estaba tan masculinizado que sentías que dabas palos de ciego, que lo tuyo era solamente un alegato. Ahora las mujeres son mucho más listas con respecto a los negocios y entienden sus carreras de forma sofisticada”, argumenta.

Me resulta un poco triste que con el clima político que vivimos el tema del disco siga siendo relevante

Phair no habla por hablar. En un reciente reportaje de The New York Times decenas de mujeres denunciaban al músico Ryan Adams por conducta sexual inapropiada y manipulación emocional. Phair acababa de trabajar con él: declaró que la grabación del disco acabó mal y que había “terribles similitudes” con respecto a las otras acusaciones. No quiso dar más detalles. “El disco está inacabado, no estaba listo, si no, lo hubiera lanzado”, afirma ahora. “No creo que lo vaya a sacar. Después de lo que salió sobre él, no creo que valga la pena. El resultado nunca fue totalmente satisfactorio. Ryan le dio mucha publicidad antes de que estuviera terminado, lo cual me molestó porque generó unas expectativas innecesarias”. Hace una pausa, meditada. “No echaré de menos las canciones de ese disco. Ni el proyecto”.


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