El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostuvo el lunes una llamada con el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, para discutir los planes del fabricante de autos eléctricos de invertir en la nación norteamericana, dijeron tres funcionarios mexicanos.
El mandatario quiere que la firma TSLA.O, con sede en Austin, se instale en el centro o el sureste mexicanos y ha esgrimido diversos factores, como la alta disponibilidad de agua o la cercanía a un nuevo aeropuerto que sirve a la capital.
Sin embargo, diversas fuentes aseguran que Musk se inclinaría por abrir una fábrica en el norte de México, cerca a la frontera con Estados Unidos.
“Tengo una llamada, una teleconferencia, con el dueño de Tesla”, dijo López Obrador la mañana del lunes sin especificar si se refería a Musk. Más tarde, tres funcionarios de su administración confirmaron a Reuters que se trataba del magnate sudafricano. Tesla no respondió a una solicitud de información de Reuters.
“La llamada salió muy bien”, opinó una de las fuentes que solicitó el anonimato por no estar autorizada a declarar públicamente sobre el asunto.
El funcionario agregó que el próximo anuncio de una inversión en México se “fortaleció” tras la plática luego de que no fue bien recibido un comentario previo de López Obrador asegurando que no concedería permisos en el norte porque “no hay agua”.
La interferencia del mandatario ha dejado a la vista los fundamentos inestables del “nearshoring” en el país, aseguran analistas, en momentos en que México ha emergido como una alternativa para la instalación de fábricas cerca a Estados Unidos.
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